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Tillerson finaliza ambiciosa gira por sudeste asiático


El secretario de Estado, Rex Tillerson, es recibido el jueves en la Base Andrews, en Maryland, a su regreso de la gira por el sudeste asiático.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, es recibido el jueves en la Base Andrews, en Maryland, a su regreso de la gira por el sudeste asiático.

El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, abordó varios de los problemas más delicados del mundo durante una vertiginosa gira por el sudeste asiático que buscó evitar que Afganistán caiga de nuevo en el caos, aliviar las tensiones kurdo-iraquíes que podrían permitir que el Estado islámico reviva, y aislar a Irán lo más posible.

Como era de esperar, Tillerson fue bien recibido en Afganistán e India, donde el gobierno del presidente Donald Trump está tratando de fomentar una mayor cooperación como parte de su política recientemente anunciada para la región. La recepción fue más tibia en Pakistán, que está bajo una creciente presión para tomar medidas enérgicas contra grupos extremistas y eliminar sus santuarios.

Las diferentes etapas de la gira de cinco días y seis naciones personificaron la cuerda floja diplomática en la que camina Washington, junto a los riesgos a enfrentarlas cara a cara.

Probablemente consciente de que los insurgentes atacaron el aeropuerto internacional de Kabul horas después de que el Secretario de Defensa Jim Mattis lo visitara hace un mes, las paradas de Tillerson en Kabul y Afganistán duraron solo unas horas, y en ninguna de las dos tuvo que pasar la noche en el aeropuerto.

El presidente afgano Ashraf Ghani fue a la Base Aérea de Bagram para reunirse con Tillerson, cuya visita no se anunció con anticipación, para discutir cómo lidiar con la insurgencia talibán que ha resultado en lo que los militares estadounidenses describen como un punto muerto.

Faiz Mohammad Zaland, un analista afgano que asistió a varias conferencias con funcionarios talibanes en el exterior, acogió con agrado la propuesta de Tillerson para que Afganistán atraiga a los talibanes al proceso de paz, siempre que el grupo renuncie al terrorismo y al extremismo violento.

"Le hemos dejado claro a los talibanes: Ustedes nunca lograrán una victoria militar", dijo Tillerson en una conferencia de prensa el jueves. "¿Quieres que tus hijos y nietos luchen en esta misma guerra? Porque así será si no encuentras una manera diferente de seguir adelante".

Akbar Agha, un ex funcionario talibán, le dijo a la Voz de América que los talibanes quieren un cambio en el sistema de gobierno e insisten en el retiro de las fuerzas extranjeras de Afganistán en un momento en que los EE.UU. y sus aliados han reforzado su presencia.

Parada en Paquistán

En Islamabad, Tillerson fue recibido por un funcionario de bajo rango del Ministerio de Relaciones Exteriores y luego se reunió por separado con el gobierno civil y el ejército, lo que subraya la dificultad de armar una política coherente cuando cada bando tiene diferentes prioridades. Ha habido una fuerte especulación sobre los lazos entre el servicio de inteligencia de Pakistán y los grupos extremistas, y el enfoque principal de los militares está en las tensas relaciones con India.

Y aunque Estados Unidos ha dicho en repetidas ocasiones que tener a Pakistán desempeñando un papel positivo es clave para el éxito en Afganistán, hay indicios de que Islamabad apuesta a un acercamiento con China, que ha invertido en multimillonarios programas de desarrollo en el país, y en el fortalecimiento de las relaciones con Rusia, en caso de que Washington redujera la ayuda.

El exembajador de Pakistán, Ali Sarwar Naqvi, dijo que la tibia bienvenida hacia Tillerson no debería verse como un desaire, y recordó que el entonces presidente Bill Clinton recibió un trato similar cuando la visitó en el 2000.

"Las reuniones fueron importantes, la bienvenida no lo fue", dijo Naqvi.

Tillerson describió sus conversaciones en Pakistán como "francas y sinceras".

"Probablemente escuchamos el 80 por ciento del tiempo y hablamos un 20 por ciento", dijo Tillerson. "Propusimos nuestras expectativas en términos que no dejan dudas. Vamos a trazar nuestro curso de manera coherente no solo con lo que Pakistán dice que hace, sino con lo que realmente hace".

Según los informes, las dos partes intercambiaron listas de terroristas que querían que fueran detenidos o eliminados, y están buscando ayuda para perseguirlos.

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