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SIDA: un enemigo sin piedad


Unos dos millones de latinos viven con el virus del VIH.
Unos dos millones de latinos viven con el virus del VIH.

La palabra homosexual es constantemente asociada con la enfermedad del VIH. Sin embargo, ellos aseguran tener más conciencia del problema que los heterosexuales.

Gael no es su nombre, pero es el que usaré para hablar de él.

Gael es un joven homosexual quien llegó a Estados Unidos hace tres años.

Proveniente de Centroamérica, siempre soñó con viajar a EE.UU. Creyó que aquí encontraría un país lleno de libertades del pensamiento. Un lugar en donde ser “diferente” importa poco.

Sin embargo, las cosas no fueron exactamente como él se las imaginó.

“Me da mucho coraje cuando escucho a la gente hablar estereotipando a los homosexuales”, dijo.

Gael se refiere específicamente al virus del VIH.

Según este joven de 30 años, las personas asocian la palabra “homosexual” directamente con la enfermedad.

“Para ellos (las personas), decir gay significa decir enfermo, portador del virus, sucio, depravado. Es un sentimiento de repudio hacia nosotros”, opinó.

El tono de voz de Gael aumenta cuando descubre que en esta actitud homofóbica, radica en la ignorancia que aun existe en torno a la comunidad homosexual. Según su argumento, los “homos” se protegen mucho más que los heterosexuales, porque reconocen el problema.

“Hay muchos hombres casados que creen que son muy machos, pero engañan a sus mujeres con otros hombres o con prostitutas. Ellos se infectan del virus, llegan a sus casas y se lo transmiten a sus mujeres. ¿Qué tenemos que ver los gay con eso?”, se preguntó este centroamericano.

Su planteamiento parece tener lógica. Desafortunadamente, no concuerda con las cifras más recientes que describen las principales fuentes de transmisión del SIDA.

La comunidad hispana
Dentro de la comunidad hispana, la transmisión del VIH se produce principalmente entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Así lo describe el informe de este año de ONUSIDA.

En México, particularmente, más de la mitad (57%) de los diagnósticos de VIH, se han atribuido a las relaciones sexuales de varones sin protección.

La Clínica del Pueblo, por su parte, una organización que brinda servicios médicos a la comunidad hispana de bajos recursos en la ciudad de Washington, ofrece datos locales que apoyan la opinión de Gael.

“Algunos son heterosexuales, otros homosexuales y transexuales. Pero también tenemos personas casadas y con familia”, explicó Catalina Sol, directora del programa para pacientes con VIH y SIDA.

Según Sol, es muy difícil decir cuál es el mayor grupo social que forma parte del programa, ya que “tenemos una mezcla muy variada”.

En la clínica se atienden personas que van desde los 18 hasta los 60 años. Anualmente, se reciben de 30 a 40 nuevos casos.

Sin embargo, los homosexuales son el grupo que recibe mayor abuso y discriminación en las calles.

“Sus compañeros de trabajo se aíslan de un portador del virus, no se relacionan con ellos, porque creen que se pueden contagiar”, dijo Sol.

Irónicamente, según la directora de este programa, un buen número de personas que han visitado la clínica fueron contagiadas del VIH por la persona en quien más confían: su pareja.

“Asumen que con quien viven no está en riesgo. Pero debido a una infidelidad, por parte de su pareja, ahora son portadores del virus”.

Ese fue el caso de una mujer latina a quien le determinaron ser portadora del VIH. “No puede ser”, se dijo. Tenía relaciones sexuales sólo con su pareja y él no tenía SIDA, pensó. Pero se equivocó. Su esposo sí era VIH positivo, y se lo trasmitió a ella.

Parece ser que en esto, Gael también tenía razón. Cualquier persona que tenga relaciones sexuales sin protección, con otra quien es portadora del virus “puede infectarse del SIDA”.

Gael visita frecuentemente una clínica en Las Vegas, en donde reside, para hacerse la prueba del SIDA.

A pesar que se protege cada vez que tiene una relación sexual con otro hombre, los nervios “siempre” lo invaden al entrar en la clínica.

“Cuando aparece (en la prueba) que estoy bien, me da una alegría indescriptible. Siento que protegiéndome, (al usar el condón), mi vida está a salvo”, concluyó Gael.

Lastimosamente el panorama sigue siendo oscuro para América Latina. Casi dos millones de hispanos viven con el virus del VIH y unas 63 mil personas fallecieron a causa de esta enfermedad en el 2007.

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