Un grupo de 18 balseros cubanos recaló este miércoles en Rviera Beach, en el sur de Florida, luego de haber zarpado hace cinco días de Manatí, en el extremo norte oriental de Cuba a bordo de una vieja y pequeña embarcación.
El agente de la patrulla fronteriza de West Palm Beach Frank Miller confirmó que el grupo está integrado por 16 hombres y dos mujeres, que “están en muy buenas condiciones físicas” y que el bote había sido propulsado por el motor de un automóvil ruso de los años 1950.
Además del motor, los balseros equiparon la maltrecha embarcación con una vela sujeta a un tronco de árbol en caso de que les fallara el motor, que a mitad de camino se quedó sin combustible. Un barco pesquero de Bahamas les habría suministrado gasolina para que pudieran proseguir la travesía.
Las autoridades no han suministrado aún los nombres de los cubanos ni sus edades, pero dijeron que entre ellos había un hombre de unos 60 o 70 años.
Los balseros se habrían topado con el mal tiempo ocasionado en el Estrecho de la Florida por el huracán Ernesto, que este miércoles se desplazaba sobre la Península de Yucatán, en México.
Los 18, que permanecen bajo custodia de las autoridades de inmigración, serían puestos en libertad una vez que cumplan sus trámites de entrada al país.
En virtud de la llamada ley de “pies secos-pies mojados” los balseros que son interceptados en el mar suelen ser devueltos a Cuba. Los que logran llegar a la costa y pisar suelo firme se acogen a la Ley de Ajuste cubano, que les permite obtener la residencia estadounidense al año y un día de estar en el país.
A diferencia de años anteriores, el número de cubanos interceptados en el Estrecho de la Florida o que llegaron por diferentes vías a EE.UU. se elevó notablemente en el último trimestre del año pasado y el primer semestre de 2012.
Durante ese período, 6,434 cubanos entraron al país por la frontera mexicana y 931 fueron interceptados en alta mar.
El agente de la patrulla fronteriza de West Palm Beach Frank Miller confirmó que el grupo está integrado por 16 hombres y dos mujeres, que “están en muy buenas condiciones físicas” y que el bote había sido propulsado por el motor de un automóvil ruso de los años 1950.
Además del motor, los balseros equiparon la maltrecha embarcación con una vela sujeta a un tronco de árbol en caso de que les fallara el motor, que a mitad de camino se quedó sin combustible. Un barco pesquero de Bahamas les habría suministrado gasolina para que pudieran proseguir la travesía.
Las autoridades no han suministrado aún los nombres de los cubanos ni sus edades, pero dijeron que entre ellos había un hombre de unos 60 o 70 años.
Los balseros se habrían topado con el mal tiempo ocasionado en el Estrecho de la Florida por el huracán Ernesto, que este miércoles se desplazaba sobre la Península de Yucatán, en México.
Los 18, que permanecen bajo custodia de las autoridades de inmigración, serían puestos en libertad una vez que cumplan sus trámites de entrada al país.
En virtud de la llamada ley de “pies secos-pies mojados” los balseros que son interceptados en el mar suelen ser devueltos a Cuba. Los que logran llegar a la costa y pisar suelo firme se acogen a la Ley de Ajuste cubano, que les permite obtener la residencia estadounidense al año y un día de estar en el país.
A diferencia de años anteriores, el número de cubanos interceptados en el Estrecho de la Florida o que llegaron por diferentes vías a EE.UU. se elevó notablemente en el último trimestre del año pasado y el primer semestre de 2012.
Durante ese período, 6,434 cubanos entraron al país por la frontera mexicana y 931 fueron interceptados en alta mar.
