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Karzai pide a EE.UU. retirar tropas


Karzai dijo que el incidente en el que murieron los civiles afectó las relaciones entre Afganistán y Estados Unidos.
Karzai dijo que el incidente en el que murieron los civiles afectó las relaciones entre Afganistán y Estados Unidos.

Las muertes en la provincia de Kandahar el domingo pusieron en duda la estrategia en Afganistán e intensificaron los cuestionamientos para la retirada de las tropas extranjeras.

El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, pidió este jueves 15 de marzo de 2012 a la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), que retire las tropas de los pueblos y zonas rurales del país, después de que un soldado estadounidense matara a tiros a 16 civiles en la sureña provincia de Kandahar.

Karzai también le dijo al secretario de Panetta, quien visita Afganistán, que el gobierno afgano quiere tomar el control total de la seguridad del país en 2013 en lugar de 2014 como se ha planeado.

Durante las conversaciones de este jueves en Kabul, el líder afgano dijo a Panetta que Afganistán está listo para asumir sus responsabilidades de seguridad en estos mismos momentos.

Por su parte, Panetta dijo que está confiado en que Estados Unidos y Afganistán alcanzarán el acuerdo para la presencia estadounidense a largo plazo en el país, después que las tropas de combate internacionales salgan de Afganistán en 2014.

En un comunicado de prensa después de entrevistarse con el secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, el presidente Karzai indicó que como resultado de la masacre del fin de semana, "las fuerzas de seguridad internacionales deben salir de los puestos en villas afganas y volver a las bases”.

Karzai dijo que el incidente en el que murieron 16 civiles, entre ellos mujeres y niños, afectó las relaciones entre Afganistán y Estados Unidos y señaló que la confianza de los afganos en las fuerzas extranjeras se ha deteriorado.

El ataque presuntamente realizado por un soldado estadounidense en dos poblados de la provincia de Kandahar, el pasado domingo 11 de marzo, pusó en duda la estrategia en Afganistán e intensificó los cuestionamientos para la retirada de las tropas extranjeras.

En un anuncio casi simultáneo, los insurgentes del Talibán en Afganistán comunicaron la suspensión de las conversaciones de paz con Estados Unidos, por lo que consideraron una "débil, errática y vaga" posición de Washington.

Ante las declaraciones del Talibán, la Casa Blanca afirmó que se mantiene comprometida con apoyar el proceso de reconciliación con Afganistán.

El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney explicó que la declaración de que los estadounidenses habían cambiado su posición es totalmente falsa.

También, este jueves se discute si el soldado que cometió el crimen en contra de los civiles afganos debería ser juzgado en Afganistán por la masacre, que se considera como una de las peores desde que las fuerzas afganas apoyadas por Estados Unidos derrocaron a los talibanes a finales de 2001. Sin embargo, el soldado ya fue trasladado a Kuwait, siguiendo recomendaciones legales.

El secretario de Defensa estadounidense discutió el tema con Karzai en su fortificado palacio donde el líder afgano exigió un juicio transparente.

"Le aseguré en primer lugar que comparto su pesar por lo que ocurrió. Nuevamente le prometí que estamos procediendo con una investigación amplia aquí y que llevaremos a la justicia al individuo involucrado. Él lo aceptó," dijo Panetta a periodistas antes de abandonar el país.

La visita de Panetta cobró un nuevo significado por las crecientes tensiones desde la masacre del fin de semana y la quema de copias del Corán en la principal base de la OTAN en Afganistán el mes pasado.

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