La decisión del gobierno de Felipe Calderón de liquidar a la Compañía de Luz y Fuerza que proveía de electricidad al centro del país sigue provocando protestas.
Miles de trabajadores marcharon sobre las principales avenidas de la ciudad de México y las carreteras de acceso en lo que llamaron una toma simbólica de la capital.
El líder sindical, Martín Esparza, anunció que un grupo de cinco notables se reunirán para definir los alcances de una mesa de intermediación. La comisión mediadora podría estar integrada por los titulares de dos instituciones académicas y tres líderes del Senado.
Para sentar una mesa que resuelva la contratación colectiva, las prerrogativas del contrato colectivo de trabajo a través del Sindicato Mexicano de Electricistas.
El líder sindical señaló que una de sus principales exigencias es la contratación colectiva de los más de 20 mil trabajadores que no han sido liquidados en respeto al contrato colectivo, de un total de 44 mil empleados.
En el monumento a la Revolución retó al presidente Felipe Calderón a un debate público. “Vamos a ir a pedir un espacio completo para el SME para que el pueblo de México haga su mejor juicio para que el propio presidente debata con el Sindicato, un debate nacional”, dijo.
Los trabajadores advirtieron que la batalla continuará hasta sus últimas consecuencias, y muestra de ello es la huelga de hambre que realizan 10 mujeres y cinco trabajadores electricistas.
Informaron que ya se hizo la negociación con la Secretaría de Gobernación para que se otorguen los servicios del Seguro Social durante un año a todos los que laboraron en Luz y Fuerza hayan sido o no liquidados.
Los dirigentes sindicales se pronunciaron a favor de una huelga nacional que genere un cambio de rumbo en la política económica y social del país e incluso no descartaron una insurrección popular.
Las protestas concluyeron con una concentración en la empresa Televisa, la televisora más importante del país, con el fin de exigir un espacio para decir su verdad.