Las autoridades tailandesas suspendieron los servicios de ferry e iniciaron evacuaciones el jueves antes de la llegada de una poderosa tormenta tropical que se ha pronosticado golpeará los famosos centros turísticos de las playas del sur de la nación del sudeste asiático durante la temporada pico de turismo.
La lluvia ya está cayendo alrededor del Golfo de Tailandia y funcionarios advirtieron que en 16 provincias se esperan lluvias torrenciales, fuertes vientos y mares agitados cuando la tormenta tropical “Pabuk” llegue a su destino el viernes.
Hay temores de que la tormenta sea la peor que haya golpeado a Tailandia desde 1989, cuando el tifón Gay dejó más de 400 muertos. Una tormenta tropical en 1962 mató a más de 900 personas en el sur.
En un incidente posiblemente relacionado con la tormenta, un turista ruso en Koh Samui murió el miércoles cuando intentaba rescatar a su hija, que estaba luchando contra el oleaje fuerte. La televisión tailandesa de PBS informó que la hija sobrevivió, pero su padre perdió el conocimiento después de ser arrojado contra algunas rocas y los socorristas no pudieron revivirlo.
El Departamento de Meteorología de Tailandia pronosticó que la tormenta azotará la costa este del sur de Tailandia de jueves a sábado, y se espera que las dos provincias de Surat Thani y Nakhon Si Thammarat sean las más afectadas. Surat Thani es el hogar de las populares islas turísticas de Koh Samui, Koh Tao y Koh Phangan.
Los camiones del ejército conducían alrededor de las zonas costeras remotas en Nakhon Si Thammarat el jueves por la noche, en busca de rezagados que aún no habían sido evacuados.
"Hemos preparado tres refugios y actualmente tenemos alrededor de 1,000 personas en ellos", indicó un oficial local, Kriangsak Raksrithong.
La pesca es otra industria importante en el sur, y los propietarios de pequeñas embarcaciones están atentos a las advertencias. Muchos arrastraron sus embarcaciones a tierra, atando cuerdas a los botes.
El Departamento Meteorológico señaló que la tormenta avanzaba hacia el oeste en el Golfo de Tailandia con vientos máximos de 65 kilómetros por hora, y que las olas de 3 a 5 metros de altura eran posibles en el Golfo de Tailandia, y 2 a 3 metros de altura en el mar de Andamán en la costa oeste. También advirtieron de fuertes vientos y tormentas en el lado del golfo y dijeron que todos los barcos deberían permanecer atracados en tierra hasta el sábado.
"Habrá fuertes lluvias y tenemos que prepararnos para las inundaciones o un impacto en el transporte", destacó el Primer Ministro Prayuth Chan-Ocha. "Estamos preparados, pero si la lluvia es fuerte, necesitaremos algo de tiempo para resolver los problemas".
Más tarde, el Primer Ministro sostuvo una videoconferencia con los gobernadores de las 16 provincias para hablar sobre los preparativos para la emergencia, incluida la excavación de canales de drenaje para escurrir las aguas de la inundación, la movilización de vehículos de rescate, ordenar que todos los barcos se atrasen y preparar las instalaciones médicas.
La industria turística del sur de Tailandia es una gran fuente de dinero, y las autoridades se han vuelto particularmente sensibles a la seguridad de los visitantes desde el pasado mes de julio, cuando 47 turistas chinos se ahogaron cuando el barco en el que se encontraban se hundió en el mar agitado cerca del popular resort de Phuket, en el mar de Andamán.
En la isla de Samui, los guardias de playa izaban banderas rojas para advertir a las personas que se mantuvieran fuera del mar. La policía patrullaba las playas, aunque muchas estaban casi desiertas.
Anne Britt Sodefjed, una turista de Noruega, dijo que no estaba preocupada.
“Hemos comprado luces, sí, y un poco más de agua. Y sabemos que el hotel nos cuidará ”, comentó.
La tormenta pasó a unos 300 kilómetros al sur-suroeste de la ciudad de Ho Chi Minh de Vietnam al mediodía del jueves, y se esperaba que trajera fuertes lluvias y vientos al delta del Mekong, la principal área de producción de arroz y agricultura del país.
Según la televisión estatal vietnamita VTV, las autoridades ordenaron a las personas tomar precauciones y enviaron alertas por radio a miles de barcos de pesca para refugiarse o regresar a la costa. Habían prohibido nuevas salidas en barco en cinco provincias costeras del sur desde el martes.
