Homosexuales de todo el mundo salieron a las calles para marchar en el Día Internacional contra la Homofobia.
Otras instituciones como la Organización Mundial de la Salud y la ONU, hacen uso de esta fecha para enviar un mensaje de aceptación mundial que contribuya a que las personas de diferente orientación sexual puedan acceder a una mejor educación que los ayude a evitar la enfermedad del VIH Sida.
El estigma, la discriminación y la violencia contra los homosexuales y otras personas que tienen relaciones sexuales con personas del mismo sexo, conocida como homofobia, “amenazan los esfuerzos para detener la epidemia de VIH y Sida en América Latina y el Caribe”, afirmó un grupo de agencias de las Naciones Unidas.
César Núñez, director regional para América Latina de ONUSIDA dijo que “Los países de la región deben observar el Día Internacional contra la Homofobia como una oportunidad para reforzar el trabajo en el ámbito de los derechos humanos y construir una respuesta más efectiva a la epidemia de VIH y Sida de la región”.
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El miedo a la discriminación disuade a estas personas a hacerse la prueba del VIH, buscar consejería y recibir tratamiento antirretroviral.
La directora de UNFPA para Latinoamérica y el Caribe, Marcela Suazo, expresó por medio de un comunicado que “discriminar es un acto contra la esencia del ser humano que afecta gravemente a quienes la sufren directamente, pero también a sus familias y comunidades, este día nos da la posibilidad de visibilizar este problema y responsabilizarnos para su eliminación”.
Según la ONU, la hostilidad contra estos grupos varía pero los homosexuales son objeto frecuente de insultos, despido de sus trabajos y excluidos de la vida comunitaria.
Cada año hay informes de agresiones y homicidios motivados por la homofobia y la transfobia.
Según el organismo internacional muchos otros son expulsados de las escuelas durante su adolescencia y tienen pocas oportunidades de obtener empleos formales.
Mirta Roses, directora de la Organización Panamericana de la Salud, asegura que “El odio contra las personas de distinta identidad u orientación sexual es una agresión contra la vida misma y una clara violación a los derechos humanos básicos, lo que hace un llamado a que evitemos distinciones entre los seres humanos”.
El 17 de mayo de 1990, la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó un decreto que reconoció que la “orientación sexual” (heterosexual, bisexual y homosexual) por sí misma no debe ser vista como un trastorno”.