Enlaces para accesibilidad

“Si no me lo operan va a fallecer”: la espera por un cupo en los hospitales públicos de Venezuela


Esperar por una operación en un hospital público de Venezuela, una condena a muerte: Testimonio
please wait

No media source currently available

0:00 0:01:28 0:00

Esperar por una operación en un hospital público de Venezuela, una condena a muerte: Testimonio

Esperar por una operación en un hospital público de Venezuela, puede ser una condena a muerte para algunos. La Voz de América conversó con una madre que lleva ocho años clamando por una intervención quirúrgica para su hijo, de 13.

Orfa Pineda lleva ocho años recorriendo hospitales públicos en Caracas clamando por una cirugía para su hijo Josué, que lleva más de la mitad de su vida sin poder comer por la boca.

Josué, de 13, fue diagnosticado a los tres años con leucemia, ahora en remisión. Mientras luchaba contra el cáncer, se le formaron dos fístulas -una especie de orificio- en el esófago y en la tráquea, que requiere intervención urgente, según médicos.

El niño en cualquier momento va a fallecer”, dice a Voz de América esta mujer de 52 años desde su casa en Petare, una barriada pobre de Venezuela, donde Josué se alimenta a través de una sonda.

“Me da tristeza, me siento impotente, porque mi hijo venció lo peor, lo más difícil, un cáncer (...) y ahora estamos por tonterías”, sigue. “Cuando la doctora me dice que si no lo opero puede fallecer, ¿cómo me siento yo como mamá? Frustrada”.

Entre 2023 y 2024, Pineda visitó por lo menos cuatro hospitales públicos y la respuesta siempre es la misma. “‘No hay quirófano (operativo), dicen que no hay terapia (intensiva), que no hay cirujanos de tórax, que el quirófano está contaminado, no hay aire en el quirófano’. Siempre hay miles y miles de excusas”, lamenta.

La operación que Josué necesita “consiste en cerrar las fístulas, al cerrarlas no se le van a ir los alimentos al pulmón, y podrá comer por su boca”.

Pineda indicó que hace algunos años preguntó cuánto costaba en una clínica privada el procedimiento y rondaba entre 5.000 y 6.000 dólares, un monto inalcanzable para esta mujer que vive de organizar rifas en el barrio, para costear alimentos y medicinas.

Su esposo, obrero, tampoco tiene un salario fijo.

Oenegés apoyan a la familia donando algunos medicamentos.

Cuatro quirófanos

Un hospital debe tener entre 10 y 15 quirófanos operativos, pero hoy en Venezuela, en promedio, funcionan solo cuatro, según la Encuesta Nacional de Hospitales (ENH), que lleva adelante una red de médicos independientes en todo el país, ante la falta de cifras oficiales por parte del gobierno.

“Tampoco hay los insumos para poder operar, lo que obliga a pacientes y familiares a tener que costearlos para poder acceder a las cirugías”, informó el grupo de médicos que lleva adelante la ENH, en un mensaje divulgado en su cuenta de X.

El gobierno del presidente Nicolás Maduro achaca constantemente las fallas en el sistema público de salud a las sanciones impuestas por Estados Unidos, aunque expertos coinciden en que la crisis comenzó mucho antes y está plagada de denuncias de corrupción.

Come “a escondidas”

En la casa de Pineda es hora de almuerzo.

Sentado frente a una mesa, Josué levanta su franela y con una inyectadora le pone al tubo de plástico que tiene en su abdomen la sopa de pollo que recién preparó su mamá y está completamente licuada.

Mientras lo hace, Josue la ve y mueve los labios como con ganas de probarla. Es una rutina que se repite todos los días, cada cuatro horas, desde hace ocho años.

“A veces es muy difícil que se alimente por la sonda. Piensa que soy yo, que no quiere darle, y a escondidas se come las cosas e inmediatamente hace neumonía”, sigue esta mamá que pide “misericordia”.

“Él ya ha hecho más de 20 neumonías por las constantes cosas que se come”, explica.

Incluso, algunas veces, le toca esconder el alimento de su perro porque Josué ha intentado llevárselo a la boca, "desesperado por masticar".

“Muy, muy difícil”

El año pasado, Josué estuvo recluido varios días en un hospital de Caracas para una broncoscopia, que visualiza y diagnóstica aspectos pulmonares.

Al llegar “no había colchón, el niño no tenía colchón en la cama”, pero a través de “una cadena (por Whatsapp)” Pineda lo consiguió. También llevó su licuadora y los alimentos para preparar la comida de su niño.

Sin embargo, luego de tres días esperando “el quirófano se había contaminado” y el examen fue cancelado.

“La vida en un hospital es muy, muy difícil”, lanza resignada Pineda, preparada para comenzar otra peregrinación por los hospitales de Caracas esperando lugar para su hijo.

La ENH reporta que un paciente espera en promedio hasta seis meses por un quirófano. A Josue, mientras, se le acaba el tiempo.

¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestros canales deYouTube, WhatsApp y al newsletter. Activa las notificaciones y síguenos en Facebook, X e Instagram.

Foro

Síganos en redes sociales

XS
SM
MD
LG