El presidente ruso, Vladimir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong Un, prometieron que trabajarán para establecer vínculos más estrechos al concluir una cumbre realizada el jueves en la ciudad rusa de Vladivostok, en el este de Rusia.
Kim Jong Un fue a Rusia con un gran pedido: alivio de las sanciones que están castigando a su economía, pero al final de la reunión aún no está claro si el presidente Putin le dio lo que pedía.
Hubo muchas oportunidades para tomar fotografías, pero surgieron pocos detalles de la discusión, y ambos se apegaron principalmente a los puntos de su agenda.
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El mandatario ruso destacó al término del encuentro que "Rusia está lista para continuar la cooperación para reducir las tensiones en la península coreana y fortalecer la seguridad en todo el noreste de Asia", dijo Putin.
El líder de Corea del Norte, por su lado, expresó: "Estoy proponiendo un brindis por la felicidad y el hermoso futuro de la gente de nuestros dos países".
El presidente ruso indicó que está dispuesto a discutir un gasoducto o ferrocarriles a través de Corea del Norte, pero dio muestras de no ofrecer a Kim ningún alivio de las sanciones, algo que el mismo Putin ayudó a implementar.
Al mismo tiempo Putin planteó la posibilidad de un retorno a las conversaciones en la que participaron seis partes sobre el programa de armas nucleares de Corea del Norte, conversaciones multilaterales que se interrumpieron hace más de una década.
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