El presidente de China, Xi Jinping, llegó el jueves a Washington DC, para una visita estatal y para reunirse con el presidente Barack Obama, en un encuentro ensombrecido por las diferencias sobre el presunto espionaje cibernético chino, las políticas económicas de Beijing y las disputas territoriales en el Mar Oriental de China.
Uno de los puntos principales en la agenda de Xi y Obama es la seguridad cibernética. Washington considera aplicar sanciones a las compañías e individuos chinos que acuse de robar secretos comerciales.
En la primera etapa de su viaje, en Seattle, estado de Washington, el líder chino trató de reasegurar a las compañías estadounidenses que él está trabajando para crear un ambiente de inversiones más favorable en China.
La Casa Blanca cambió las banderas del Vaticano por las banderas chinas frente a la mansión ejecutiva y dio inicio a los preparativos para la bienvenida oficial a Xi.
El presidente Obama ofreció a su homólogo chino una cena de trabajo privada este jueves, donde según asistentes de la Casa Blanca, los dos mandatarios iniciaron las discusiones los principales puntos que dividen a sus países.
Xi será recibido con todos los honores el viernes, incluido un saludo con 21 cañonazos, un encuentro formal con Obama en la Oficina Oval, una conferencia de prensa conjunta y una cena de estado.
No se espera que haya grandes anuncios durante la visita del líder chino, pero si modestos avances como destacar el compromiso de ambos países en el tema del cambio climático, el progreso hacia un trato bilateral de las inversiones y nuevas regulaciones para reducir el riesgo de confrontaciones aéreas en la región del Asia-Pacífico.
