El expresidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, instó al gobernante Partido de los Trabajadores a respaldar las medidas de austeridad fiscal en el Congreso y a respaldar los esfuerzos del ministro de Finanzas, Joaquim Levy, para poder cerrar la brecha del déficit.
Miembros del izquierdista partido de Lula se han opuesto a las medidas de la presidenta Dilma Rousseff, protegida de Lula, para recortar el gasto público y los beneficios sociales en un esfuerzo por balancear el presupuesto y restaurar la confianza de los inversionistas en Brasil.
Lula dice que el país no tiene alternativa sino ajustarse los cinturones para poder sacar a la economía de su más profunda caída en décadas. El futuro del Partido depende de ello, advirtió a líderes de la organización política en una reunión.
El Partido, al que se culpa por el desempleo, la alta inflación y un masivo escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, enfrenta su peor crisis desde que Lula fue presidente en 2002. Muchos miembros temen serios reveses en las elecciones del próximo año si las políticas de austeridad no son levantadas.
Pero Lula, hablando junto a líderes que han pedido la renuncia de Levy, dijo que el gobierno de Roussef tiene que mantener el curso porque los ingresos fiscales han caído en la recesión y no hay dinero para inversiones que estimulen la economía.
"La unica forma de recuperar el prestigio del Partido de los Trabajadores es restaurar el crecimiento económico", dijo, y pidió a los legisladores del Partido votar a favor de la reimposición de un detestado impuesto a las transacciones financieras conocido como CPMF, propuesto por Levy.
En declaraciones a inversionistas en Londres, anteriormente, Levy dijo que el consenso sobre su plan fiscal está creciendo poco a poco, y expresó confianza de que las medidas serán aprobadas por el Congreso.
