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Centro de reproducción de especies silvestres en la Amazonía ecuatoriana busca fortalecer la conservación 


El Centro de Reproducción Entomológico Dedalma, que alberga mariposas, arañas y escarabajos, es administrado por Adriana Rodríguez.
El Centro de Reproducción Entomológico Dedalma, que alberga mariposas, arañas y escarabajos, es administrado por Adriana Rodríguez.

Una familia regenta un centro de reproducción de mariposas, arañas y escarabajos en un pequeño pueblo de la selva ecuatoriana.

Un centro de reproducción de mariposas, arañas y escarabajos en la ciudad de Mera, un pequeño pueblo de la selva ecuatoriana, busca fortalecer la conservación de estas especies y educar a la comunidad al respecto.

El lugar recrea las condiciones de la selva, con las plantas que hospedan a estos animales, explica su administradora.

Adriana Rodríguez, administradora del Centro de Reproducción Entomológico Dedalma, explicó a la Voz de América que se creó “con la finalidad de brindar un servicio de educación, de investigación y de incentivar la investigación en sí, a la ciencia”.

Mariposas rojas, amarillas, azules… Las hay de múltiples colores, tonalidades y tamaños. Todas en un pequeño espacio físico, donde funciona este centro de reproducción.

Centro de reproducción de especies silvestres en Amazonía ecuatoriana busca fortalecer la conservación
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Rodríguez cuenta que las mariposas pueden vivir entre tres días y un mes. Durante ese tiempo, son clasificadas y estudiadas. En la actualidad, sus mayores enemigos, dice, son la tala de los bosques y especies de aves e insectos, que se comen sus huevos.

“Aparte de polinizadoras, son los mejores indicadores del ecosistema: donde tú vayas y ves volar mariposas, insectos, sabes que es un bosque que está protegido”, afirmó la administradora.

Coleópteros o escarabajos de gran tamaño también se reproducen aquí. Sin embargo, el centro también alberga diferentes especies de arácnidos amenazadas por el avance de la frontera urbana y el tráfico de especies.

Rodríguez explicó a la VOA que cuando alguien “ve una tarántula de este tamaño -decimos que es un poco más grande que mi mano- y nos asustamos y la matamos (…), es porque pensamos que nos va a hacer daño. Ella no nos va a hacer daño, mientras no la ofendamos”.

Según el Código Penal en Ecuador, quien trafique fauna silvestre protegida por la Autoridad Ambiental Nacional puede pagar penas de hasta tres años de cárcel.

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