Enlaces para accesibilidad

Buscarita Roa, abuela de Plaza de Mayo: “necesitamos que el pueblo argentino siga buscando a nuestros nietos”


Buscarita Roa, vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. [Foto: Lisandro Concatti].
Buscarita Roa, vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. [Foto: Lisandro Concatti].

La vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Buscarita Roa, dialogó en exclusiva con Voz de América sobre su infancia y juventud en Chile, la historia de su hijo secuestrado por la dictadura cívico-militar argentina, sus años de militancia y el rol de la asociación.

En la memoria colectiva argentina hay nombres que encarnan la lucha incansable por la verdad y la justicia en torno a las víctimas de la dictadura cívico-militar que gobernó el país entre 1976 y 1983. Buscarita Roa, vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, es parte de esa lista.

Parte de esta lucha tuvo sus frutos en 2005, cuando la Corte Suprema de Justicia argentina emitió un fallo histórico que marcó un hito en la búsqueda de justicia. La sentencia declaró inconstitucionales las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, abriendo así las puertas para el juicio a los responsables de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante ese período de la historia argentina.

Entre los casos emblemáticos que llevaron a esta decisión estaba el de José Liborio Poblete, hijo de Roa.

El destino de José, conocido como 'Pepe', su esposa Gertrudis Beatriz Hlaczik, apodada 'Trudy', y su pequeña hija Claudia Poblete, fue sellado el 28 de noviembre de 1978, cuando fueron secuestrados y llevados al centro clandestino de detención y tortura El Olimpo.

Manifestantes sostienen carteles con la foto de sus familiares desaparecidos durante la marcha por el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia en la Ciudad de Buenos Aires. [Foto: Lisandro Concatti]
Manifestantes sostienen carteles con la foto de sus familiares desaparecidos durante la marcha por el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia en la Ciudad de Buenos Aires. [Foto: Lisandro Concatti]

Veintidós años después de la desaparición de esta familia, Roa y su nieta Claudia se encontraron finalmente, gracias al incansable esfuerzo de la abuela y demás activistas. Claudia recuperó su identidad, que había sido trastocada bajo el nombre de Mercedes Beatriz Landa en un entorno familiar militar. Pero para Roa no terminó su misión, dado que su hijo y su nuera siguen desaparecidos.

A 48 años del comienzo de la última dictadura cívico-militar en Argentina, el diálogo con Buscarita Roa, no sólo arroja luz sobre la lucha incansable de Abuelas de Plaza de Mayo por la verdad y la justicia, sino que también pone de relieve un fenómeno que persiste en la sociedad argentina: el negacionismo y la reivindicación de la dictadura cívico-militar.

A lo largo de las décadas posteriores al fin de la dictadura, algunos sectores políticos y de la sociedad civil intentaron minimizar, justificar o incluso negar los crímenes de lesa humanidad perpetrados durante ese período de la historia argentina. Esta tendencia se ha visto reflejada en discursos públicos, manifestaciones y, en ocasiones, en políticas gubernamentales que desestiman la gravedad de los hechos ocurridos durante la dictadura.

Gobierno de Milei niega cifra de 30.000 desparecidos

Con la llegada al poder del gobierno liderado por Javier Milei, Argentina se ha enfrentado a un escenario sin precedentes en la conmemoración del 24 de marzo, así como a un nuevo desafío en la lucha por la memoria, la verdad y la justicia.

El mismo domingo 24 de marzo, día que se conmemora el aniversario del golpe de Estado, el gobierno de Milei oficialmente negó la cifra de los 30.000 desaparecidos durante la dictadura. Esto ocurrió después de la divulgación de un video en las redes sociales de la Casa Rosada, en el que se afirmaba que el número era "inventado".

"Nosotros valoramos la visión de memoria, verdad y justicia. Empecemos por la verdad, no fueron 30.000 los desaparecidos", dijo Milei entonces. "El Estado tiene el monopolio de la violencia aun cuando va a una guerra con formaciones irregulares. Eso no habilita que pueda cometer excesos y esos excesos tienen que ser condenados, por lo tanto, no hay ningún negacionismo", agregó.

Buscarita Roa sostiene un emblemático pañuelo blanco que representa a las Abuelas de Plaza de Mayo. [Foto: Lisandro Concatti]
Buscarita Roa sostiene un emblemático pañuelo blanco que representa a las Abuelas de Plaza de Mayo. [Foto: Lisandro Concatti]

En este contexto, personas como Buscarita Roa siguen tras las huellas de sus hijos y familiares desaparecidos por décadas.

Nacida en Temuco, una ciudad chilena ubicada al sur de Santiago, Roa fue educada por su abuela y una tía, después que sus padres murieron cuando ella tenía apenas dos años. Estudió en una escuela de monjas en la capital de Chile pero muy pronto debió comenzar a trabajar porque su tía enfermó. A los 16 años se casó y tuvo tres hijos.

Un accidente de tren en el que su hijo ‘Pepe’ perdió las dos piernas, hizo que se fuera con él a Argentina, donde veían más posibilidades para su atención médica y recuperación.

"Él era un chico muy activo y un gran militante político. En Argentina se recuperó, pudo ponerse piernas ortopédicas e ingresó a la universidad", cuenta esta madre a la Voz de América. "José fundó en 1971 el Frente de Lisiados Peronistas, una organización formada por hombres y mujeres que tenían alguna discapacidad".

Cuenta Roa que "gracias a su lucha lograron que se aprobara la primera ley sobre cupos laborales para personas con discapacidad, que establecía que todas las empresas, públicas o privadas, debían reservar el 4 % para personas con discapacidad".

Esa ley -lamenta Roa- fue derogada en 1980 durante la dictadura en Argentina.

VOA: ¿Cómo fue el momento en que se enteró del secuestro de su hijo y cómo inició su búsqueda?

Roa: José había conocido a una chica, Gertrudis María Hlaczik, y empezaron a salir. Anduvieron mucho tiempo y tuvieron una hijita, Claudia. Ellos eran militantes y en el tiempo de la dictadura desaparecen, los militares se los llevaron a los tres. Yo hice lo que cualquier persona hubiera hecho, los busqué por distintas comisarías, fue desesperante. Muchos años después me enteré que habían estado detenidos en un centro clandestino llamado ‘El Olimpo’, en la ciudad de Buenos Aires.

VOA: ¿Qué le impulsó a unirse a Abuelas de Plaza de Mayo?

Roa: Yo empecé a militar con las abuelas en 1978, digo militar porque el trabajo que hacemos es militante. En ese momento, trabajaba en Presidencia de la Nación y veía a un grupo de mujeres que caminaban y daban vueltas alrededor de la Plaza de Mayo. Un día me acerqué y me encontré con personas que también estaban buscando a sus hijos y a sus nietos.

VOA: En 2002 se reencontró con su nieta, ¿cómo fue el encuentro con Claudia y cómo vivió el proceso de construcción de una relación con ella?

Roa: Ella tenía 21 años cuando supimos que estaba con un coronel, que la había apropiado de sus padres. Había sido anotada como hija de Ceferino Landa, integrante del Ejército, y su esposa, Mercedes Beatriz Moreira. Ellos la criaron como su hija y le habían cambiado el nombre por Mercedes Landa Moreira.

La primera vez que la vi a Claudia fue en tribunales de justicia. El juez Gabriel Cavallo me citó para decirme que mi nieta estaba viva y había aparecido. Ese día fue una alegría enorme, pero también tenía miedo de que ella me rechazara. No sabía con quién me iba a encontrar y más sabiendo que había sido criada con un militar. Yo dije: “esta chica no va a querer nada con nosotros”, pero los genes no fallan. La verdad que cuando la vi nos abrazamos y ahí empezamos una relación hermosa.

Buscarita Roa junto a su nieta recuperada, Claudia Victoria Poblete Hlaczik. [Foto: Lisandro Concatti]
Buscarita Roa junto a su nieta recuperada, Claudia Victoria Poblete Hlaczik. [Foto: Lisandro Concatti]

Cuenta Roa que el acercamiento a su nieta fue "de a poquito, sin apurarla". Dice que compró un microondas para que su nieta calentara su comida porque trabajaba cerca de su casa. "A mi nunca me gustaron esos aparatos, pero hice lo que sabe hacer una abuela por sus nietos. Fuimos haciendo una conexión de a poquito, empecé a conocerla, a compartir gustos por la lectura, yo soy muy lectora. Coincidimos a veces hasta con los autores, Mario Benedetti por ejemplo. Entre tardes de mate y café nos fuimos conociendo poco a poco, fue con mucho amor. Claudia es muy especial para toda nuestra familia".

VOA: Abuelas de Plaza de Mayo ya recuperó a más de 130 nietos, ¿cómo continúa el trabajo de la organización?

Roa: Todos los nietos que encontramos trabajan para Abuela de Plaza de Mayo, cada uno tiene un lugar para hacer algo, incluida Claudia, mi nieta. Lamentablemente quedamos muy pocas abuelas vivas y son los nietos los que ahora están buscando a sus ‘hermanos’, como les gusta decir a ellos, sus hermanos del corazón que aún los seguimos buscando. Todavía queda un trabajo arduo, y hay que tener energía para continuar buscando a los nietos que faltan. Hay muchos que los encontramos en el exterior, y eso implica viajar, hablar con personas, es mucho tiempo y recursos los que se necesitan.

VOA: ¿Cuál es el legado que le han dejado a sus nietos?

Roa: Son aproximadamente 300 los nietos apropiados por la dictadura, ya hemos encontrado más de 130 y es una gran alegría, pero nos siguen faltando muchos. Sabemos que nosotras no los vamos a terminar de encontrar, porque yo y Estela de Carlotto -presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo- ya somos mujeres grandes y no sé hasta donde la vida nos va a llevar. Para eso está el legado que dejamos, el legado de los nietos y nietas que seguirán buscando a los que faltan. Por suerte hemos formado un equipo tan lindo de nietos, porque todos son colaboradores, muy buenas personas que nos cuidan y trabajan en la búsqueda.

Creo que nosotras vamos a dejar un legado bastante bueno. Hoy nuestro trabajo es ese, dejar el legado a las próximas generaciones, para que los hombres y mujeres que nos faltan conozcan su verdadera identidad.

VOA: ¿Cómo percibe el panorama político actual en Argentina y cuáles son los desafíos más grandes que enfrentan en la actualidad?

Roa: La verdad, con mucha incertidumbre, el gobierno no nos parece nada convincente, nunca hemos tenido un presidente como el que tenemos ahora. Pero es lo que hay, es lo que la gente eligió y lo vamos a respetar. Nosotras vamos a continuar haciendo nuestro trabajo, no tenemos la ayuda que teníamos antes, pero nos vamos a arreglar para seguir adelante. Tenemos la intención de encontrar a nuestros nietos, sabemos que no es un trabajo fácil.

Con todos los presidentes de la democracia Estela de Carlotto habló, muchas veces yo la acompañé. Pero no sabemos qué va a pasar con este presidente. Si nos da una audiencia yo estoy dispuesta a ir y hablar con él. Veremos qué sucede, nosotras estamos dispuestas a ir, si él nos recibe. Esperemos que pueda razonar.

VOA: ¿Qué mensaje le gustaría transmitir a la juventud argentina en relación con la búsqueda de los nietos desaparecidos durante la dictadura?

Roa: Nosotras lo que le pedimos a la juventud es que colabore con la búsqueda de los nietos, porque cada persona tiene derecho a conocer su historia, a saber qui◙n es, a conocer quiénes fueron sus padres verdaderos y cuál es su nombre real.

Yo pienso que el pueblo argentino tiene la obligación de preocuparse de los nietos que las abuelas buscamos, porque todavía nos faltan muchos. Necesitamos que el pueblo argentino siga buscando a nuestros nietos. Confiamos que si el presidente tiene la buena voluntad, que lo podamos hacer con su colaboración. Y si no nos colaboran, allá él con los suyos y nosotros seguiremos buscando a los nietos.

VOA: A 48 años del comienzo del golpe cívico-militar en Argentina, ¿qué mensaje considera fundamental transmitir?

Roa: Me gustaría pedirle al pueblo argentino que siempre que escuche o que sepa de alguien, de alguna persona que dude de su identidad, que lo mande a Abuelas. Nosotros podemos ver si tiene alguna conexión con las personas que estamos buscando, porque ahora ya no son niños, sino que son adultos. Eso es lo que le pedimos al pueblo argentino.

Es muy importante para nosotras, que ya estamos en una etapa avanzada de nuestras vidas, pero los nietos hay que seguir buscándolos, porque ellos están, en algún lugar están. Y es muy importante en esta vida, saber quiénes somos y de dónde venimos.

¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestros canales de YouTube, WhatsApp y al newsletter. Activa las notificaciones y síguenos en Facebook, X e Instagram.

Foro

Síganos en redes sociales

XS
SM
MD
LG