Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva y de Argentina, Cristina Fernández se reunieron este miércoles en Brasília con el objetivo fundamental de resolver los problemas comerciales bilaterales que provocan pérdidas millonarias sobre todo en Argentina.
Sin embargo la reunión terminó sin acuerdos sobre los problemas comerciales. De todas formas, los mandatarios intentaron ofrecer la sensación de avances para tranquilizar a los sectores empresariales y anunciaron que decidieron intensificar sus reuniones. Los encuentros que hasta el momento se realizan en forma semestral entre ambas mandatarios, pasarán a tener carácter trimestral.
En cambio, los ministros de comercio exterior y sus cancilleres se reunirán cada 45 días, para discutir los problemas puntuales del comercio e intentar impedir que los problemas se extiendan por tanto tiempo sin encontrar un marco de debate bilateral.
"Nuestros ministros tendrán que encontrar una forma de reunirse cada 45 días para no permitir que un problema individual o de un segmento empresarial cree un problema en las buenas relaciones de los dos países", dijo el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Cristina Fernández dijo por su parte que "la decisión de establecer una metodología de 45 días entre nuestros ministros, va a ser un instrumento muy útil para superar esas diferencias", a las que definió como “cosas muy pero muy pequeñas”.
Empresarios brasileños han reclamado que Argentina comenzó a aplicar licencias no automáticas para las importaciones desde Brasil, lo que provocó atrasos en las ventas. Posteriormente Brasil adoptó una medida similar contra importaciones argentinas en retaliación.
Las medidas han generado atrasos en las licencias de más de 3 meses, afectando el intercambio de 31.000 millones de dólares que se registro en el 2008, el nivel más alto entre los dos países sudamericanos, aunque con un marcado superávit de Brasil.
En materia de política internacional, ambos mandatarios expresaron su decisión de no reconocer el resultado de las elecciones en Honduras si son realizadas bajo el gobierno de facto.
También estuvieron de acuerdo en manifestar su preocupación por la presencia de fuerzas militares de potencias foráneas en la región, en una alusión el uso de bases colombianas por tropas estadounidenses.