Un analista que laboraba con la inteligencia australiana acusó al gobierno del primer ministro John Howard de exagerar el peligro que representaba Iraq para justificar el envío de tropas australianas a la guerra iraquí.
Andrew Wilkie, declaró a un panel de investigación del Parlamento que el gobierno de Australia distorsionó información con respecto a las armas de destrucción masiva de Irak.
Los legisladores investigan los informes de inteligencia usados por el gobierno asutraliano para justificar el envío de dos mil soldados a combatir junto a tropas estadounidenses y británicas en Irak.
Wilkie renunció en marzo en protesta por el apoyo que se prestó a la acción militar.
Ministros gubernamentales manifestaron que Wilkie no estaba directamente involucrado en la evaluación de los informes de inteligencia sobre Irak.
El premier Howard insiste en que su gobierno no distorsionó datos secretos sobre Irak.