Rusia ha prohibido a Estados Unidos utilizar motores de cohetes rusos para lanzamientos de satélites militares, según anunció el viceprimer ministro de ese país, Dimitri Rogozin.
La medida es en represalia por las sanciones relacionadas con equipos de alta tecnología impuestas por Washington a Moscú a causa de la crisis en Ucrania.
Rogozin dijo además que Rusia rechazará el pedido hecho por EE.UU. de prolongar el uso de la Estación Espacial Internacional más allá del año 2020.
Rusia había prometido responder proporcionalmente cuando EE.UU. dijo el mes pasado que negaría licencias de exportación a cualquier componente de alta tecnología que pudiera ayudar a las fuerzas militares rusas y que revocaría las actuales.
La decisión de Moscú afectaría los motores MK-33 y RD-180 que Rusia suministra a EE.UU., dijo Rogozin en rueda de prensa.
“Estamos listos para entregar esos motores con una condición, que no sean utilizados para el lanzamiento de satélites militares”, indicó.
EE.UU. quiere mantener en órbita al menos hasta 2024 la Estación Espacial Internacional, un proyecto de 15 naciones valorado en $100 mil millones de dólares y que constituye un símbolo de la cooperación entre Washington y Moscú.
La medida es en represalia por las sanciones relacionadas con equipos de alta tecnología impuestas por Washington a Moscú a causa de la crisis en Ucrania.
Rogozin dijo además que Rusia rechazará el pedido hecho por EE.UU. de prolongar el uso de la Estación Espacial Internacional más allá del año 2020.
Rusia había prometido responder proporcionalmente cuando EE.UU. dijo el mes pasado que negaría licencias de exportación a cualquier componente de alta tecnología que pudiera ayudar a las fuerzas militares rusas y que revocaría las actuales.
La decisión de Moscú afectaría los motores MK-33 y RD-180 que Rusia suministra a EE.UU., dijo Rogozin en rueda de prensa.
“Estamos listos para entregar esos motores con una condición, que no sean utilizados para el lanzamiento de satélites militares”, indicó.
EE.UU. quiere mantener en órbita al menos hasta 2024 la Estación Espacial Internacional, un proyecto de 15 naciones valorado en $100 mil millones de dólares y que constituye un símbolo de la cooperación entre Washington y Moscú.
