Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca, calificó las votaciones realizadas por separatistas en Donetsk y en Luhansk de "evidentes intentos de crear desorden”.
El vocero manifestó la decepción de Washington porque Rusia no utilizó su influencia para impedir los referendos y porque la prensa de Moscú incluso intenta legitimarlos.
También expresó preocupación ante aparentes esfuerzos por obstruir las elecciones presidenciales previstas para el 25 de mayo en Ucrania.
Llevando a cabo “referendos ilegales” y “anexándose partes de países” (en alusión a Crimea), no es una manera de proceder, indicó.
Las autoridades de Kiev y gobiernos occidentales acusan a Rusia de orquestar el movimiento separatista en el este y el sur de Ucrania.