Testificando en lo que probablemente es la última vez en el Capitolio, Panetta dijo que “el ejército de Estados Unidos no es ni debe ser un servicio 911 (de emergencias) capaz de llegar a la escena en minutos a cada problema alrededor del mundo”.
Agregó que los equipos militares lejos del consulado hicieron difícil responder con rapidez. El general Dempsey testificó que hicieron lo que se podía hacer desde donde disponían de recursos.
Su respuesta enojó al senador republicano John McCain.
“Que usted testifique que nuestra posición no permitió una respuesta rápida, que no tomó en cuenta las amenazas a nuestro consulado… es simplemente falso”, dijo McCain.
Panetta explicó que poco después del ataque inicial, despachó varios equipos militares hacia Bengasi, incluyendo a infantes de marina estacionados en España y una fuerza especial de operaciones que estaba entrenándose en Europa central.
“Esto fue, pura y simplemente, un problema de distancia y de tiempo”, justificó Panetta.
El jefe del Pentágono ha anunciado su retiro una vez sea confirmado su sucesor, el postulante Chuck Hagel.