Testigos en el sur de Kirguistán informan que la violencia continúa por cuarto día en la región.
Las autoridades indican que 117 personas han muerto y más de 1.400 están heridas en ex república soviética.
El líder de la comunidad uzbeca en Kirguistán, disputa la cifra oficial de muertes. Zahalalidin Salakhuddinov, dijo a la prensa que más de 200 uzbecos han muerto en la nación de Asia Central.
El gobierno interino de Kirguistán dijo que enviará fuerzas de reserva a las ciudades sureñas de Osh y Jalalabad. El gobierno autorizó a las fuerzas de seguridad para disparar a matar.
Rusia envió paracaidistas para proteger su base aérea en el país, pero rechazó el pedido de la presidenta interina Rosa Otunbayeva para enviar fuerzas de pacificación. La mandataria ha advertido que Kirguistán podría enfrentar un colapso.
El Kremlim ha prometido ayuda humanitaria y ha dicho que discutirá el asunto con el bloque de ex naciones soviéticas, que lidera Moscú. Muchas de las víctimas de los disturbios han sido trasladadas por vía aérea a Rusia para recibir tratamiento.
La Cruz Roja Internacional dijo que las autoridades y los servicios de emergencia en el Sur están completamente abrumados por la violencia y expresó preocupación por informes de severos maltratos.
Se han establecido campamentos para refugiados en la vecina Uzbekistán, donde han llegado muchos con heridas de bala y diciendo que sus viviendas han sido incendiadas por bandas armadas de kirguistanos.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, discutió la situación con el presidente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, cuando el organismo mundial evaluaba las necesidades humanitarias en la región afectada.