La muerte a tiros de un hombre de 65 años en Loveland, Colorado, es el más reciente en una serie de ataques que han dejado a la policía y los residentes preocupados de que un francotirador esté actuando en al menos tres ciudades del norte del estado.
William Roger Cannole fue muerto de un disparo la noche del miércoles, dijo a los periodistas el jefe policial Luke Hecker, durante una conferencia de prensa el jueves por la tarde.
La muerte de Cannole tuvo lugar casi tres semanas después que John Jacoby, de 47 años, fuera asesinado de un tiro cuando viajaba en su bicicleta en un camino rural cerca de Windsor.
Un mes antes de ese hecho, Cori Romero, de 20 años, fue baleada en la nuca mientras manejaba en Fort Collins. Ella sobrevivió el ataque.
La avalanche de ataques aparentemente al azar ha llevado a una coalición de agencias policiales, incluyendo el FBI, a unirse para capturar a la persona o personas detrás de esos tiroteos.
David Moore, portavoz del sheriff del Condado Larimer, dijo a los periodistas que aunque “no hay un vínculo claro” entre la muerte de Connole y los ataques en Windsor y Fort Collins, los investigadores “tampoco han descartado un vínculo”.
El mes pasado, la policía dijo que descubrió evidencia que vincula la muerte de Jacob y el ataque a Romero, pero no indicó qué específicamente vinculó los dos tiroteos.