La visita del presidente electo de Honduras, Porfirio Lobo, a la residencia del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, tuvo la importancia de la legitimidad.
Arias no lo recibió solo. El mandatario panameño, Ricardo Martinelli también tomó parte del encuentro.
A la misma vez, Porfirio Lobo tampoco llegó sólo, sino que estuvo acompañado por los tres candidatos presidenciales que también tomaron parte en las elecciones en Honduras, dando fuerza al planteo hondureño de ganar el reconocimiento internacional.
Lo que falta ahora para que Oscar Arias y Ricardo Martinelli ofrezcan todo su apoyo, es lo que ambos mandatarios plantearon: que el presidente de facto Roberto Micheletti, deje el poder antes de enero a un gobierno de transición y de unidad nacional, que será el que entregue la banda presidencial al presidente electo Porfirio Lobo.
Forzar la salida de Micheletti es lo que ambos los presidentes Arias y Martinelli aspiran para lograr más credibilidad y reconocimiento internacional para el proceso electoral hondureño.
Por su parte Lobo, exhibe la voluntad popular expresada en las elecciones de Honduras donde resultó electo en forma amplia, para llegar a la asunción con el reconocimiento internacional, en el próximo mes de enero del entrante año 2010.
La intención de Porfirio Lobo es que Honduras pueda ingresar a un periodo de normalidad después de que fuera seriamente afectada por el rechazo de la comunidad internacional.
“Hay que permitir que el pueblo hondureño pueda tener una relación internacional fluida. Hoy Honduras está sufriendo porque todos los proyectos de ayuda se mantienen congelados, hay problemas con el Banco Interamericano de Desarrollo y con el Banco Centroamericano de Integración Económica”, dijo Porfirio Lobo.
La intención de Lobo es reconciliar a su país con la región primero y luego a nivel mundial, por lo cual se propone también formar un gobierno multipartidario.
En Sudamérica en tanto, solo Colombia, y Perú reconocieron la elección de Lobo en las primeras horas, y se espera que Costa Rica juegue un papel fundamental en crear un mejor ambiente alrededor del nuevo gobierno hondureño.
Arias sostiene que “el pueblo hondureño no se merece la agonía de que la comunidad internacional no reconozca la voluntad reflejada en las urnas el pasado noviembre”. Por su parte, el Presidente de Panamá, Ricardo Martinelli avaló en todo la posición de Arias.
Lo que sigue ahora es una fuerte presión para cumplir con los próximos pasos que son: la salida de Micheletti, un gobierno de unidad nacional que entregue formalmente el poder a Lobo en enero y una eventual amnistía para todo el que tomó parte en el golpe de estado en Honduras.