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Boca y River terminaron empatados


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Uno de los espectáculos deportivos calificado como más importante del mundo es el superclásico argentino de fútbol Boca Juniors vs. River Plate en la famosa Bombonera, como se lo denomina al estadio de Boca de la Ciudad de Buenos Aires.

Es mucho más que un simple evento deportivo. Es un fenómeno único, una verdadera fiesta del fútbol que una persona no debería dejar de ver antes de morir según especialistas de este deporte. La ciudad de Buenos Aires siempre se paraliza mientras dura el partido.

El recibimiento de los hinchas, tirando papelitos y serpentinas y alentando a su equipo genera que se erice la piel.

Para presenciar este juego no se necesita entender de fútbol. Esto se puede observar en la cantidad de turistas de todo el mundo que el evento atrae. El costo de los tickets llegaron a US $400 para los extranjeros, cifra exagerada para los locales y se vendieron todos en un abrir y cerrar de ojos.

El estadio estaba completo, no cabía nadie más. La Bombonera lucía pintoresca y colorida.

Hubo un gran ausente en la tarde porteña, quizá uno de los jugadores más desequilibrantes e ídolos en la historia xeneixe (como se los denomina a los fanáticos de Boca), Juan Román Riquelme.

El partido no fue bueno. Las dos primeras más claras las tuvo Boca, una pelota desviada por el negro Ibarra y un mano a mano entre Gaitán y el arquero de River que tapó en una muy buena maniobra.

El primer tiempo terminó con el marcador en cero.

En el complemento, el gol de Boca llegó a los 15 minutos cuando el ídolo máximo y goleador histórico, Martin Palermo, metió un zurdazo en donde el arquero nada pudo hacer.

Pero a los 24 minutos, Marcelo Gallardo, otro ídolo indiscutido de los millonarios (como se los llama a los fanáticos de River), le pegó al balón de forma excelente en un tiro libre afuera del área contra el palo derecho del arquero de Boca.

El colombiano Radamel Falcao se perdió lo que pudo haber sido la victoria de River, un mano a mano con Abbondanzieri en donde inexplicablemente el jugador disparó desviado.

Más allá del resultado final y de un partido deslucido lo que genera el superclásico más importante de Argentina es simplemente espectacular.

Héctor Laurada dijo a la Voz de América que el encuentro fue “convencional y previsible”. Sostuvo que ambos equipos están carentes de fútbol. Lo convencional se puede observar también en el marcador, ya que los que anotaron los goles fueron dos viejos “referentes” de Boca y River, Martín Palermo y Marcelo Gallardo, respectivamente.

Según el periodista deportivo el primer tiempo lo dominó Boca, mientras que River mejoró luego del gol de Palermo.

En relación a la importancia del superclásico, Laurada dijo que es “la gran antinomia cultural y popular” que tiene el pueblo argentino. El clásico Boca-River es el que perdura y “supera todos los tiempos”.

Escribe desde Washington, Magdalena Ayerra para la Voz de América


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