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En 2008, América Latina buscó su lugar en el escenario mundial  


En América Latina, el 2008 comenzó con una crisis diplomática entre Venezuela y Colombia que se exacerbó cuando el presidente colombiano Álvaro Uribe desenmascaró ante el mundo a las FARC por el caso del niño Emanuel.

Ante las evidencias, las declaraciones del mandatario venezolano, Hugo Chávez, contra el presidente colombiano subieron de tono. La posibilidad de un restablecimiento de relaciones entre Colombia y Venezuela se descartó.

Ante la presión, las FARC liberaron el 10 de enero a la ex candidata a la vicepresidencia, Clara Rojas, madre del niño Emanuel, y a la ex congresista Consuelo González de Perdomo.

En Febrero, mientras las FARC liberaron a 4 rehenes más, en Cuba se produjo la renuncia del líder de la Revolución, Fidel Castro, a la presidencia de su país.

En su reemplazo, asumió su hermano Raúl, quien comenzó a ejercer el poder con indicios de cambios.

En medio del escepticismo de muchos analistas, Raúl Castro comenzó a anunciar algunos cambios que aún no representan transformaciones de fondo, pero sí una inclinación a una mayor apertura de la Isla al mundo.

El primero de marzo, el abatimiento del jefe guerrillero de las FARC, Raúl Reyes, tras un operativo de Colombia en Ecuador, desató una crisis regional.

Rafael Correa rompió relaciones diplomáticas con Colombia.

Lo propio hizo el presidente venezolano Hugo Chávez, quien, además, militarizó la frontera con Colombia.

Una rápida intervención de la Cumbre de Río en Santo Domingo permitió apaciguar los ánimos, pero sólo después de que el presidente Álvaro Uribe revelara que los contenidos de los computadores hallados en el campamento del guerrillero, Raúl Reyes, comprometían seriamente a altos funcionarios de los gobiernos de Venezuela, Ecuador y otros países, con las FARC.

Entonces, el tono de Hugo Chávez se apaciguó. Y las relaciones se restablecieron entre ambos países.

El agitado mes en materia noticiosa culminó con la revelación de la muerte del máximo líder de las FARC, Manuel Marulanda Vélez.

Paraguay fue noticia en el sur del continente en abril. Por primera vez en 60 años, el partido Colorado perdió el control del poder y un ex obispo de tendencia izquierdista moderada, llegó al poder. Fernando Lugo inició una nueva era en su país.

Colombia volvió a las primeras planas internacionales el 13 de mayo. Esta vez por la extradición de 14 de los máximos jefes de autodefensa y paramilitares a los Estados Unidos.

Paralelamente, en México comenzaba a recrudecerse la violencia por la cruenta guerra de los carteles de la droga. Situación que a la postre ha llevado a un récord en las cifras de víctimas en ese país.

La crisis mundial de los alimentos comenzó a generar estragos en el país con más altos niveles de miseria en el hemisferio: Haití.

La ONU estableció medidas de emergencia entre abril y comenzó junio. Entre ellas, el envío de Cascos Azules con ayuda humanitaria y la misión de controlar los brotes de violencia en el país, generados por los altos índices de inflación y por el hambre.

El mes de julio comenzó con una noticia que celebró, literalmente, el mundo entero.

Tras más de 7 años de cautiverio, varios de ellos al borde de la muerte, la ex candidata presidencial colombiana, Ingrid Betancourt y 13 rehenes más de las FARC, fueron rescatados en la histórica "Operación Jaque".

Agosto llegó con noticias estabilizadoras para la conmocionada Bolivia.

Tras meses de incertidumbre por los deseos separatistas de algunos prefectos, el resultado del referendo del 10 de agosto, ratificó la legitimidad de la presidencia de Evo Morales.

Esta legitimidad fue reconocida por toda la comunidad latinoamericana reunida en Chile, con un respaldo unánime a la presidencia de Evo Morales.

Pese a esta situación, el orden público en Bolivia no se restablecía completamente.

Las protestas esta vez surgieron por el descontento de los departamentos mineros, que reclamaban más regalías del gobierno central por sus explotaciones.

El tono de los reclamos subió hasta que, en hechos, cuya investigación asumió Unasur, 20 personas perdieron la vida en El Pando.

En octubre, comenzaron a registrarse los primeros brotes de la crisis económica mundial, lo que centró la atención de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York.

Tanto el Banco Mundial como el Banco Interamericano de Desarrollo aseguraron que aunque la crisis golpearía a Latinoamérica, la región estaba mejor preparada que en ocasiones anteriores, para sortear la situación.

Bajo la dirección de presidentes como Luis Inacio Lula Da Silva, de Brasil, y Felipe Calderón, de México, los países latinoamericanos pidieron ser tenidos en cuenta por el Grupo de los 20, que se reunieron en Washington en noviembre para la búsqueda de soluciones.

La declaración de Washington fue ratificada una semana más tarde por los países de la APEC, reunidos en Perú.

Los días previos al escenario internacional, justo después del histórico triunfo de Barack Obama en la presidencia de los Estados Unidos, sirvieron para que presidentes como el de China llegaran a fortalecer sus lazos con Cuba, y para que mandatarios como el de Rusia, hicieran lo propio con Venezuela.

En medio de la visita del presidente ruso Dmitry Medvedev a Venezuela, se llevaron a cabo ejercicios militares conjuntos de las armadas de ambos países.

Este hecho ha sembrado una inquietud en la región por la posibilidad de un acercamiento entre Rusia y América Latina, en oposición a Estados Unidos.

Venezuela también fue noticia en Latinoamérica durante el mes de noviembre por las elecciones municipales.

Sus resultados quitaron el poder a las fuerzas chavistas en estados clave. Tras conocer los resultados, Chávez expresó su deseo de permanecer en el poder hasta el año 2019.

Diciembre también se convirtió en un mes de transición sobre los asuntos que azotan la realidad latinoamericana y mundial, y cuyo desenlace, sólo comenzará a vislumbrarse en los primeros meses de 2009.

Escribe Lina Correa para la Voz de América.

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