La nueva presidenta de Argentina reaccionó airadamente ante las acusaciones estadounidenses de que el gobierno de Venezuela trató de entrar ilegalmente 800 mil dólares, a Argentina, para financiar su exitosa campaña a la primera magistratura.
Cristina Fernández de Kirchner condenó, el jueves, las acusaciones, llamándolas basura.
La mandataria, quien asumió el cargo el lunes, dijo que los ataques contra ella fracasarán y sugirió que estaban dirigidos a ella, en parte, porque es una mujer.
La presidenta argentina también prometió mantener estrechos lazos con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, un crítico implacable de la política estadounidense en la región.
En Washington, el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, dijo que este no es un asunto de las relaciones entre Estados Unidos y Argentina.
Indicó que es un asunto de los encargados de hacer cumplir las leyes estadounidenses en territorio de Estados Unidos.
Autoridades norteamericanas, en Miami, Florida, acusaron, el miércoles, a cuatro hombres sudamericanos de ser agentes ilegales, no declarados, del gobierno de Venezuela, y afirmó que los acusados intentaron ocultar la fuente de los fondos.
Los acusados encaran hasta 10 años de prisión y una multa, si resultan convictos. Un quinto hombre permanece prófugo.
El canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, condenó la investigación y dijo que es un intento de dañar las relaciones entre Venezuela y sus socios latinoamericanos.