El edificio de las Naciones Unidas está en el barrio de Manhattan en Nueva York.
Muchas de las calles están cerradas por seguridad y muchas de las estaciones del metro han sido canceladas.
“Es una locura total, te bajas del metro y te dicen que no puedes caminar por esta calle”, explicó Jose Carvajal a la Voz de América, un dominicano que trabaja cerca del área de la ONU.
La llegada de presidentes obligó a las autoridades a cerrar muchas calles que convergen con el edificio de la ONU.
Entre patrullas de policía, limosinas presidenciales y agentes del servicio secreto caminar por las calles es casi imposible.
Los mas molestos son los turistas, quienes para trasladarse de un lugar a otro necesitan mas tiempo de lo esperado, pero de igual forma lo disfrutan.
“Venimos a Nueva York de vacaciones y lo que encontramos es todo esto”, dijo Mariano Roque, un argentino que viene cada dos años, según explicó a la Voz de América.
Pese al control de las autoridades, frente al edificio de la ONU hay espacio para todos.
Manifestantes con diferentes consignas están postrados justo al rente para reclamar derechos humanos, liberación de presos políticos, mejoras económicas y hasta el rechazo de la presencia del presidente de Irán en Nueva York.
El alcalde la Gran Manzana, Rudolph Gulliani, advirtió que el control vehicular es normal cada año que los miembros de la ONU se reúnen y que los ciudadanos entienden la situación.