Cientos de dolientes se congregaron el miércoles en Los Angeles, California, para asistir a un servicio religioso en memoria del legendario comediante estadounidense Bob Hope, quien murió el mes pasado a la edad de 100 años.
En la misa celebrada en la iglesia Saint Charles Borromeo, donde solía ir Bob Hope, el comediante de televisión Larry Gelbert lo calificó como “El rey de los bromistas”.
En algunas ocasiones, el sombrío servicio religioso era interrumpido momentáneamente a medida que los encargados de pronunciar discursos recordaban sus bromas favoritas.
Hope actuó en obras de teatro, programas de televisión y en casi 60 películas.
Pero quizás sea recordado más por entretenido a las tropas estadounidenses en distintos campos de batalla, una gira que él mismo inició en la Segunda Guerra Mundial y que continuó hasta la Primera Guerra del Golfo Pérsico.
El actor Tom Selleck, que actúo en varios de sus programas, dijo que Hope será recordado por su sacrificio personal, al subrayar que Hope dejaba de celebrar sus Navidades para entretener a los soldados estadounidenses en ultramar.