La séptima línea aérea más grande de Estados Unidos, U.S. Airways, se declaró en bancarrota.
Se trata de la primera aerolínea en declararse en bacarrota desde los ataques del 11 de septiembre que estremecieron a la industria aérea de Estados Unidos.
La compañía hizo el anuncio ayer, poco después de presentar una petición en la corte de bancarrotas en Alexandria, Virginia.
Hoy tendrá lugar una audiencia inicial.
U.S. Airways informó que la medida permitirá reestructurar sus finanzas y continuar los vuelos sin interrupción. La aerolínea informó que ha recibido 500 millones de dólares en financiamiento privado para mantenerse operando y espera emerger de la bancarrota a comienzos de 2003.
A pesar de que U.S. Airways no perdió ningún avión en los ataques terroristas de septiembre, como otras aerolíneas, fue severamente afectada. La aerolínea también sufrió debido a que su principal terminal, el Aeropuerto National Reagan, en las afueras de Washington, fue cerrado durante tres semanas como medida de precaución. Poco después de los ataques, la compañía despidió a 11 mil trabajadores.
U.S. Airways, con sede en Arlington, Virginia, que tiene más de 40 mil empleados, indicó que incurrió en pérdidas netas de más de dos mil millones de dólares el año pasado.