Las autoridades militares venezolanas interrogaron a dos militares disidentes que la semana pasada exigieron la renuncia del presidente Hugo Chávez, y lideraron multitudinarias protestas.
Se ordenó que los dos oficiales, el coronel de la Fuerza Aérea, Pedro Soto, y el capitán de la Guardia Nacional, Pedro Flores, explicaran sus acciones contra el gobierno. De no hacerlo serían arrestados.
Ayer, cientos de partidarios del coronel Soto esperaron a que este saliera de la reunión con su superiores.
El capitán Flores fue interrogado en otro lugar.
Probablemente los disidentes sean juzgados por un tribunal militar y dados de baja de las fuerzas armadas.
Entretanto, el presidente Chávez llamó traidor al coronel Soto, pero aseguró que Venezuela no enfrenta una rebelión militar.