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Venezuela: Policía busca desalentar fiestas durante pandemia


Soldados de la Guardia Nacional escoltan a una camioneta de la policía a un grupo de personas detenidas por no cumplir con las regulaciones de COVID-19, o asistir a fiestas en la cuadra, en el barrio de Petare en Caracas, Venezuela.
Soldados de la Guardia Nacional escoltan a una camioneta de la policía a un grupo de personas detenidas por no cumplir con las regulaciones de COVID-19, o asistir a fiestas en la cuadra, en el barrio de Petare en Caracas, Venezuela.

Nicolás Maduro ha afirmado que más de 70% de los contagios registrados en la capital venezolana y el estado Miranda están vinculados a “fiestas y celebraciones”.

Con escapadas nocturnas para consumir licor, bailar y compartir con los amigos, numerosos venezolanos desafían a diario la cuarentena decretada por el gobierno desde mediados de marzo, mientras la policía intenta desalentar esas reuniones en momentos que el nuevo coronavirus experimenta un alarmante repunte.

En Venezuela, que ha estado en cuarentena desde el 16 de marzo tras la confirmación de los primeros casos, se contabilizan a la fecha 23.958 contagios. De ese total, 22.513 fueron detectados entre el 1 de junio y el 7 de agosto, en tanto, la cifra de fallecidos saltó de 14 a 208, en ese periodo.

La labor de los policías, además de atender las denuncias y detectar las violaciones de la cuarentena durante el patrullaje, incluye dar charlas informativas a los infractores, que además hacen caso omiso a medidas sanitarias como el uso obligatorio de tapabocas.

Las mujeres que fueron detenidas por no cumplir con las regulaciones de COVID-19 o asistir a fiestas en la cuadra, se sientan dentro de un coliseo en el barrio de Petare en Caracas, Venezuela.
Las mujeres que fueron detenidas por no cumplir con las regulaciones de COVID-19 o asistir a fiestas en la cuadra, se sientan dentro de un coliseo en el barrio de Petare en Caracas, Venezuela.

Incluso después de su detención abundan las personas que se niegan a colocarse las mascarillas que los funcionarios les entregan justo después de llegar en vehículos policiales a un coliseo de la barriada pobre de Petare, al este de Caracas, constató The Associated Press.

En el coliseo, localizado en una barriada considerada violenta, deben permanecer hasta su liberación en la mañana del día siguiente por razones de seguridad. Los agentes sostienen que temen por sus vidas y por eso no son liberados antes de la salida del sol o al menos hasta que se reanude el transporte público.

Algunos de los detenidos dicen que las autoridades a nivel mundial mienten sobre los riesgos asociados con el virus, otros simplemente no lo toman muy en serio.

El presidente Nicolás Maduro repetidamente advierte que muchos venezolanos no toman en serio el COVID-19. En ese sentido, resaltó recientemente que más de 70% de los contagios registrados en la capital venezolana y el vecino estado Miranda están vinculados a “fiestas y celebraciones”.

El mayor número de nuevos contagios se registra en Caracas y los estados Miranda, Zulia, Sucre, La Guaira, Táchira y Bolívar, donde se concentran 13,9 de los más de 32 millones de habitantes del país, lo que obligó a las autoridades a suspender en esas regiones la flexibilización de la cuarentena en las últimas tres semanas.

En Caracas, hay 5.971 casos activos, en tanto en el estado vecino de Miranda, donde se localizan cuatro municipios que componen el área metropolitana de Caracas y se concentran la mayoría de las ciudades dormitorio cercanas, la cifra asciende a 3.293.

“Caracas está cundida de coronavirus. Tenemos que tomar decisiones nuevas, renovadas, para que nuestro pueblo sienta el cuidado, la protección, para que nuestro pueblo se cuide más y cortar esto en Caracas, parar este crecimiento”, dijo en la víspera el gobernante, sin dar detalles.

Maduro también atribuye el repunte de infectados al regreso de aquellos venezolanos que migraron a otros países sudamericanos en los últimos años. Decenas de miles han ingresado a Venezuela por caminos abiertos en la maleza para burlar los controles fronterizos, que incluye 14 días de cuarentena obligatoria en recintos designados por el gobierno, sostienen las autoridades.

Los expertos sostienen que el número bajo de casos respecto a otros países de la región se debe en buena medida al aislamiento que vive el país después de años de crisis política, económica y social.

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