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Analistas: Nicaragua debe tomar nota del proceso electoral en EE.UU.


ARCHIVO - Protesta protagonizada por jóvenes nicaragüenses contra políticas del gobierno de Daniel Ortega. Foto: Daliana Ocaña, VOA.
ARCHIVO - Protesta protagonizada por jóvenes nicaragüenses contra políticas del gobierno de Daniel Ortega. Foto: Daliana Ocaña, VOA.

Las elecciones en Estados Unidos son importantes para Nicaragua porque este país es el principal socio comercial de la nación, pero además porque su Gobierno es el principal crítico internacional del régimen sandinista promoviendo un cambio hacia la democratización en el país.

En el marco de las elecciones presidenciales en Estados Unidos y el inicio del año electoral en Nicaragua, analistas políticos como Bosco Matamoros, consideran que el gobierno del presidente Daniel Ortega debe tomar nota del Estado de derecho, el respeto a las leyes y la descentralización en los procesos de votación en el país norteamericano.

“El proceso electoral americano es seguido en todo el mundo, hay normas internacionales de transparencia, respeto a los derechos humanos y alternabilidad en el poder tienen que ser respetados”, dijo Matamoros.

Añadió que, “algo que es muy importante que en Estados Unidos se celebra son los debates entre los candidatos, lo que no existe en Nicaragua. Aquí el candidato se oculta, especialmente el del Frente Sandinista”.

El gobierno de Estados Unidos ha presionado al ejecutivo de Nicaragua a impulsar reformas electorales en el país antes de las elecciones en 2021 y que brinden garantías mínimas a la población.

Recientemente la Unidad de Análisis Economist Intelligence de Gran Bretaña señaló que Daniel Ortega estaría esperanzado en que el demócrata Joe Biden derrote a Donald Trump en las elecciones del 3 de noviembre, para luego recurrir a él e intentar quitarse de encima las sanciones financieras.

La firma señala que es probable que Ortega fracase, una opinión que también comparte el exembajador de Nicaragua ante la OEA y analista político, Edgar Parrales.

Parrales señaló que “es una expectativa ilusa, falta de sustancia y contenido, porque en primer lugar ya está establecido en la política norteamericana una posición de consenso entre los dos partidos demócratas y republicanos en el congreso acerca de Nicaragua, de presionar al gobierno y aplicarle sanciones en caso de que el gobierno no quiera cambiar su posición”.

Añadió que sumado a las reformas electorales, el gobierno de Nicaragua además debe ceder en la liberación de los presos políticos, abrir las puertas para el regreso seguro de los exiliados, permitir el ingreso de organismos internacionales de derechos humanos y cesar la represión “en todas sus modalidades, incluyendo el acoso de los opositores hasta su casa de habitación”.

“Gane quien gane, el gobierno norteamericano va a continuar en la línea de sancionar a este gobierno mientras no cambie su actitud, y no cumpla con lo firmado y haga las reformas necesarias”, sentenció.

Mientras, la unidad de análisis británica, que es consultada por inversionistas y empresas del mundo, cree que esta esperanza es la razón por la que el presidente Ortega estaría retrasando hasta el 2021 las reformas electorales, pero advierte que en caso de hacer concesiones en las reformas electorales, estas no serán suficientes como para acceder al poder.

“La reciente medida del gobierno de Ortega para posponer la reforma electoral hasta principios del 2021 sugiere que espera lograr una reversión de algunas sanciones financieras estadounidenses existentes a cambio de concesiones sobre reglas electorales. Sin embargo, seguimos siendo escépticos de que cualquier negociación produciría tal resultado”, afirman.

Mientras, el politólogo José Antonio Peraza sostiene que el problema en Nicaragua es de “fondo y no de forma” por lo que requiere de radicales cambios en la cultura política del país.

“Lo queremos resolver todo con la parte técnica, la parte técnica sirve para reducir las tentaciones pero el problema en general está enclaustrado dentro de la forma de hacer política y las aspiraciones desmedidas que hay en algunos líderes”, dijo Peraza.

Para Peraza, “cualquier sistema que se ponga en Nicaragua mientras haya gente no democrática va a tratar de ser pervertido. El problema es que tenemos partidos y liderazgos que no son democráticos, y por lo tanto no quieren respetar las reglas del juego”.

En Nicaragua y con la llegada del mes de noviembre se inició la cuenta regresiva para la celebración de elecciones presidenciales en 2021, en un momento en que la ruptura de las principales plataformas de oposición en el país provoca incertidumbre y desesperanza en la población.

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