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EE.UU. quiere ver justicia en caso de Julian Assange


Manifestantes protestan frente a la embajada ecuatoriana en Londres, donde el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, solicitó asilo.
Manifestantes protestan frente a la embajada ecuatoriana en Londres, donde el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, solicitó asilo.

El fundador de Wikileaks pasó su primera noche en la embajada de Ecuador en Londres, mientras la prensa especula que se le concedería asilo en el país suramericano.

Mientras el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, pasó su primera noche en la embajada de Ecuador en Londres a la espera de una decisión sobre su solicitud de asilo político, se expone a una detención si abandona su refugio diplomático por haber violado su libertad condicional.

Por su parte, el gobierno estadounidense se pronunció este miércoles respecto a esta situación pero prefirió ser prudense y mantenerse al margen de la decisión que suceda.

La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, se limitó a declarar en su rueda de prensa diaria que este es un asunto entre Gran Bretaña, Ecuador y Suecia.
"Queremos ver justicia en este caso", señaló Nuland.

La policía londinense dice que Assange violó las condiciones de libertad condicional y que ahora lo busca para arrestarlo, pero ante el pedido de asilo en la embajada de Ecuador en Londres, las posibilidades de su captura son remotas.

El haber escogido la embajada de Ecuador en Londres no ha sido casualidad para Assange, según se desprende de acciones y declaraciones de funcionarios ecuatorianos e incluso del mismo presidente Rafael Correa, que muestran la simpatía del gobierno ecuatoriano por el fundador de Wikileaks.

La relación entre Ecuador y Assange se abrió en noviembre de 2010, cuando la situación del australiano se complicaba en Inglaterra y el actual vicecanciller Kintto Lucas le ofreció ir a residir a Ecuador. En ese momento el gobierno dijo que las declaraciones de Lucas habían sido “espontáneas”, pero que no había tal ofrecimiento.

No obstante, meses después, el presidente ecuatoriano Correa elogió el trabajo de Wikileaks, cuando dijo en la cadena NTN 24 de Colombia que Assange “cometió una ilegalidad, pero a la final nos brindó un bien mayor: revelarnos la política imperial de los Estados Unidos”.

Los cables de Wikileaks publicados en 2010 expusieron los supuestos contactos de la embajadora de Estados Unidos en Ecuador, Heather Hodges, con ciudadanos ecuatorianos, a partir de los cuales habría concluido que el jefe de la policía era un completo corrupto, y que seguramente Correa lo había puesto ahí sabiéndolo, para controlarlo.

Cuando la embajadora Hodges se negó a dar explicaciones sobre las revelaciones, siguiendo la política del departamento de Estado de no comentar los cables de Wikileaks, Correa expulsó a la embajadora.

Assange también entrevistó a Correa via teleconferencia el pasado 17 de abril para su programa televisivo “The World Tomorrow” (El mundo mañana).

La prensa ecuatoriana especula que a juzgar por estas relaciones pasadas, Ecuador aceptará el pedido de asilo. Una declaración del canciller Ricardo Patiño adelanta que “cualquier decisión que (se) adopte tendrá en cuenta el respeto a las normas y principios del derecho internacional, así como la tradicional política de Ecuador de precautelar los derechos humanos”.

Después de comunicar el tema, Patiño llevó el asunto a Twitter. Allí, una seguidilla de ‘trinos’ sugería que para el Gobierno hay elementos que conducen a pensar que Assange es un perseguido, por haber filtrado los secretos de la diplomacia estadounidense. “Julián Assange dice haber recibido amenazas de muerte, bloqueo financiero extrajudicial y posibilidad de ser entregado a autoridades de USA”.

Assange, desde Londres, agradeció a Correa por estudiar su pedido.
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