Una sana decepción. Hasta el momento la temporada de huracanes del año 2013, cuando ya casi entra en su último mes, se está saldando con apenas dos huracanes, Ingrid y Humberto.
La temporada que se extiende desde el 1º de junio al 30 de noviembre se encamina a ser una de las más débiles en casi medio siglo, dejado a los meteorólogos un tanto desacomodados. Las previsiones para 2013 indicaban una actividad por encima del promedio y se anticipaba que podrían ocurrir hasta ocho huracanes, de los cuales tres podrían llegar a alcanzar la categoría 3 o más.
La estimación se ubicaba por sobre el promedio de seis huracanes, de los cuales tres pueden ser grandes tormentas. Pero la temporada hasta el momento es de las más débiles desde 1969.
Los expertos igualmente no cierran aún los registros, ya que el año pasado la supertormenta Sandy que arrasó las costas de Nueva York y Nueva Jersey se produjo al final de la temporada.
Sobre las costas de Estados Unidos este año la incidencia ha sido también muy baja, al punto que solamente la tormenta tropical Andrea afectó a Florida.
Una temporada débil como la actual significa que un alivio para las cuentas públicas, que han evitado hasta el momento tener que enfrentar los daños que dejan los fenómenos atmosféricos. Hasta el momento ha sido "un año muy extraño" dijo a la agencia Reuters, Jeff Masters, experto en huracanes y director de meteorología de Weather Underground.
Se estima que la presencia de aire seco y posiblemente polvo del desierto del Sahara mantuvo controlada la formación de tormentas en el Atlántico Norte, con lo cual 2013 es hasta ahora un año con el número más bajo de huracanes desde 1982 y el primero desde 1994 sin la formación de una gran tormenta.
En total, hasta el momento se han registrado 12 tormentas con nombre incluyendo la tormenta tropical Lorenzo que se estima que se debilitará a depresión tropical y en los últimos 100 años, sólo el 10% de los huracanes del Atlántico registrados se han formado después de 25 de octubre.
La temporada que se extiende desde el 1º de junio al 30 de noviembre se encamina a ser una de las más débiles en casi medio siglo, dejado a los meteorólogos un tanto desacomodados. Las previsiones para 2013 indicaban una actividad por encima del promedio y se anticipaba que podrían ocurrir hasta ocho huracanes, de los cuales tres podrían llegar a alcanzar la categoría 3 o más.
La estimación se ubicaba por sobre el promedio de seis huracanes, de los cuales tres pueden ser grandes tormentas. Pero la temporada hasta el momento es de las más débiles desde 1969.
Los expertos igualmente no cierran aún los registros, ya que el año pasado la supertormenta Sandy que arrasó las costas de Nueva York y Nueva Jersey se produjo al final de la temporada.
Sobre las costas de Estados Unidos este año la incidencia ha sido también muy baja, al punto que solamente la tormenta tropical Andrea afectó a Florida.
Una temporada débil como la actual significa que un alivio para las cuentas públicas, que han evitado hasta el momento tener que enfrentar los daños que dejan los fenómenos atmosféricos. Hasta el momento ha sido "un año muy extraño" dijo a la agencia Reuters, Jeff Masters, experto en huracanes y director de meteorología de Weather Underground.
Se estima que la presencia de aire seco y posiblemente polvo del desierto del Sahara mantuvo controlada la formación de tormentas en el Atlántico Norte, con lo cual 2013 es hasta ahora un año con el número más bajo de huracanes desde 1982 y el primero desde 1994 sin la formación de una gran tormenta.
En total, hasta el momento se han registrado 12 tormentas con nombre incluyendo la tormenta tropical Lorenzo que se estima que se debilitará a depresión tropical y en los últimos 100 años, sólo el 10% de los huracanes del Atlántico registrados se han formado después de 25 de octubre.
