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Derrumbe de peso tras victoria de Fernández en primarias de Argentina


El peso se devaluó fuertemente en Argentina después de victoria de la oposición en las primarias presidenciales del domingo, antes de las elecciones presidenciales de octubre.
El peso se devaluó fuertemente en Argentina después de victoria de la oposición en las primarias presidenciales del domingo, antes de las elecciones presidenciales de octubre.

La indiscutible victoria de Alberto Fernández, candidato opositor de centroizquierda, sobre el mandatario neoliberal Mauricio Macri, durante las elecciones primarias presidenciales de Argentina, afectó de manera significativa el mercado del peso argentino.

El lunes por la mañana, el dólar cotizaba, en promedio, a 61 pesos por unidad en bancos y casas de cambio, con relación a los 46,55 pesos del cierre que tuvo el viernes 9 de agosto. Un poco más de una hora después de su apertura, el índice Merval (principal índice del Mercado de Valores de Buenos Aires) que concentra las acciones líderes de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, se desplomó 29,13% respecto de dicho cierre.

Desde que el dólar se disparó más del 11% a primera hora, aumentó llegando a los US$ 61 para la venta, lo que significa un aumento del 32% con relación al cierre del viernes; un total de US$ 46,15%. Varias acciones cayeron más del 50%, y los bonos alrededor de un 15%.

“Los inversores creen que el regreso del kirchnerismo puede traer una situación negativa... y si bien Alberto Fernández intentó disipar esos temores, lo cierto es que los inversores se mantenían más cómodos con la continuidad de Macri”, dijo Matías Carugati economista jefe de Management & Fit, a The Associated Press.

Entre esos temores, dijo, están el posible regreso de políticas intervencionistas con restricciones en el mercado cambiario, el cese de pagos de la deuda y el congelamiento de las tarifas de los servicios.

Según Carugati, Argentina está viviendo “una jornada de pánico” y en la medida en que las “dudas persistan” y el gobierno no dé una respuesta contundente “se genera una situación financiera muy delicada”, con una depreciación de la moneda que dispararía la ya elevada inflación.

Todos los bancos se han visto afectados y, alrededor de un tercio de las empresas argentinas que cotizan en el mercado estadounidense, perdieron la mitad de su valor. El Grupo Financiero Galicia, un banco centenario argentino, cayó un 60%. Las empresas constructoras y de servicios de infraestructura hacen parte del grupo afectado. Una de ellas ha sido Loma Negra, fábrica de cemento y servicios de transporte ferroviario, que también cayó 60%.

Marcelo Trovato, analista de la consultora Pronóstico Bursátil, aseguró a The Associated Press que “el mercado de capitales está en pánico, tanto la renta fija como la renta variable”. Además, señaló que “hay una salida indiscriminada de los activos argentinos y en la Argentina se va se va a ver reflejada sobre todo porque... va a haber ventas de liquidación”.

La bolsa registró una fuerte caída, luego de la victoria del kirchnerismo opositor en las primarias las elecciones generales del 27 de octubre. Entre tanto, el presidente Mauricio Macri analiza cómo contrarrestar la reacción negativa de los mercados.

Como primera medida para intentar contener de depreciación del peso, el Banco Central de Argentina aumentó 10 puntos (hasta 74%) la tasa de interés de las letras de liquidez Leliq (que funcionan como préstamos de una semana que realizan los bancos a la entidad emisora) y licitó 50 millones de dólares.

La apuesta de Fernández

En 2018 Argentina recibió del Fondo Monetario Internacional un rescate por más de 56.000 millones de dólares. Fernández adelantó durante su campaña electoral que renegociará el acuerdo.

“Los mercados están intranquilos por el escenario que planteó este gobierno. El presidente tiene que ordenar el cuadro de situación que él mismo generó. Todos los argentinos acompañaremos ese esfuerzo, pero es una responsabilidad suya”, dijo Fernández a Radio 10.

El opositor subrayó que Macri tiene tiempo para cambiar aspectos de la realidad económica antes del 10 de diciembre, cuando tendría que dejar el poder en caso de ser derrotado en las elecciones.

El candidato de centroizquierda, con 47,65% de los votos, se impuso al conservador Macri, quien alcanzó 32,08%, lo que haría casi imposible que el mandatario pueda revertir ese resultado y lograr ser reelecto en octubre.

El triunfo de Fernández obedeció, en gran parte, al descontento por la política de ajuste aplicada por Macri y al deterioro de la situación económica, con un incremento del desempleo, una inflación de más de 47% en 2018 y una proyectada de 40% para este año.

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