Tres ataques con coche bomba estremecieron Damasco, la capital siria, la mañana del domingo, dejando al menos ocho muertos y unos 12 heridos, informa el gobierno.
El ministro de Administración Local, Hussein Makhlouf, dijo que las autoridades lograron frustrar un ataque mayor contra áreas seguras de la ciudad en las primeras horas del tráfico matutino, en el primer día de trabajo después del feriado musulmán de Eid al-Fitr, que marca el fin oficial del mes sagrado de Ramadán.
Según el portal de la televisión estatal siria, las autoridades detectaron los tres vehículos y los persiguieron, logrando interceptar dos en la vía del aeropuerto donde fueron destruidos, pero el tercero logró llegar hasta cerca de la Plaza Tahrir, en el centro de Damasco, conocido como la Ciudad Vieja, donde el conductor del coche bomba lo detonó al verse rodeado por las fuerzas del gobierno.
El gobernador de Damasco, Bashr al-Sabban, confirmó la intercepción de los dos vehículos en la vía del aeropuerto, a la entrada de la ciudad, y dijo que los atacantes se dirigían al centro de la ciudad con la esperanza de causar máximo daño.
Imágenes de la televisora estatal muestran el resultado de una de las explosiones en la vía del aeropuerto, donde aparecen los restos de al menos dos vehículos calcinados y daños alrededor. Otra imagen de la explosión cerca de la Plaza Tahrir muestra la fachada de un edificio dañada y vehículos destrozados.
La agencia de noticias rusa Ria Novosti, pone el número de víctimas en 13 con 29 heridos, basada en "información directa de fuentes médicas" desde la capital siria.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo activista con sede en Londres, que monitorea la situación en Siria, afirma que las víctimas son 21, incluidos los tres atacantes. El Observatorio informó que las víctimas son civiles y oficiales. El gobierno solo mencionó civiles entre las víctimas.
Las fuerzas pro-gobierno han librado intensos combates en los suburbios de la capital siria durante la guerra de más de seis años contra rebeldes que buscan derrocar al presidente Bashar al-Assad, y mayormente han logrado mantener a los rebeldes alejados del centro de Damasco.
En días recientes, las tropas sirias y fuerzas aliadas han estado luchando para desalojar a los rebeldes de Ain Terma y la cercana Jobar, en las afueras de la ciudad, áreas controladas por los insurgentes desde el inicio del conflicto en 2011.
