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Coagulante barato podría salvar miles de vidas


Un estudio británico revela que el ácido tranexámico si se administra dentro de las tres horas del parto podría evitar miles de muertes maternas por hemorragia en todo el mundo, especialmente en los países pobres.
Un estudio británico revela que el ácido tranexámico si se administra dentro de las tres horas del parto podría evitar miles de muertes maternas por hemorragia en todo el mundo, especialmente en los países pobres.

Un económico coagulante inventado en los años sesenta y ampliamente disponible podría salvar las vidas de una de cada tres mujeres de las 100.000 que mueren por hemorragia después de dar a luz anualmente, la mayoría en países pobres, indica un estudio.

La investigación de la London School of Hygiene and Tropical Medicine (LSHTM) descubrió que el ácido tranexámico (TXA), redujo en 31% el número de muertes de mujeres, si el fármaco es administrado dentro de tres horas del parto.

En el estudio participaron 20.000 mujeres de 21 países, hospitalizadas en 193 instituciones mayormente en África y Asia, pero también en Gran Bretaña y otros lugares. Todas las pacientes sufrían de hemorragia post-parto (PPH), la principal causa de muertes maternas en todo el mundo.

El tratamiento con TXA cuesta alrededor de $2,50 en la mayoría de los países, dicen los investigadores. La medicina evita que los coágulos se disuelvan y reduce en más de una tercera parte la necesidad de una cirugía de emergencia para detenerla hemorragia.

"Es segura, económica y fácil de administrar, y esperamos que los doctores la usen tan pronto como sea posible en cuanto comience el sangrado severo luego del parto", dice la doctora Haleema Shakur, profesora asociada de la LSHTM y co-autora del estudio.

Los investigadores también encontraron que el TXA, que es un fármaco genérico, no produjo efectos secundarios ni en las madres ni en los bebés.

El medicamento se usa ampliamente para tratar la pérdida de sangre causada por heridas traumatológicas grandes.

La pareja que lo inventó, un investigador japonés y su esposa, Shosuke y Utako Okamoto, esperaban que fuera usada para reducir las muertes causadas por las hemorragias post-parto, pero según expertos de la LSHTM que realizaron el estudio, no lograron convencer a los obstetras en su momento para que la prueben.

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