El presidente de EE.UU., Barack Obama, regresó el jueves al capitolio de Illinois, en Chicago, donde hace nueve años lanzó su candidatura para la Casa Blanca y donde por primera vez ocupó un cargo público, para recordar sus inicios en la política y lamentar el divisionismo en el escenario político de la nación.
Obama dijo a los legisladores de Illinois que él fue uno de ellos antes de entrar en la política nacional y recordó que republicanos y demócratas "votaban uno contra otro todo el tiempo", pero que también "se tenían confianza".
"No nos llamábamos facistas o idiotas", dijo el presidente, "porque entonces tendríamos que explicar por qué jugábamos póker con facistas e idiotas".
En el último año de su presidencia, Obama ha reconocido su fracaso en "reducir la polarización y la mezquindad de nuestra política".
El mandatario instó a la eliminación de las enormes sumas de dinero no reguladas que se gastan en las campañas políticas de EE.UU., a la creación de agencias independientes para redistribuir los distritos legislativos después del censo de población de 2020 y a formular normas más fáciles de registro de votación a fin de alentar a más ciudadanos a participar en el gobierno en todos los niveles.
Obama lamentó el duro tono de la política estadounidense, al tiempo que reconoció que Estados Unidos tiene una larga historia de candidatos que se insultan.
Sin embargo, dijo que "se debe insistir en un discurso de más altura en la vida política" de la nación.
