Patrick Swayze conquistó al mundo con su Dirty Dancing y nos hizo rodar varias lágrimas con la cinta Ghost, pero no pudo con el cáncer de páncreas que lo atormentó por casi dos años.
A la edad de 57 años y al lado de quienes más lo amaban, su familia y esposa, Swayze falleció dejando un legado que será muy difícil de olvidar.
A principios del año pasado, Swayze dio a conocer su enfermedad, aunque dijo que no pararía de trabajar mientras utilizaba los medicamentos. En el 2008 estelarizó The Beast, una serie de la televisora A&E, y dijo que junto con su esposa trabajaba en unas memorias.
Swayze alcanzó el estrellato en 1987 con su actuación en Dirty Dancing, que relata el acercamiento mediante el baile de una pareja de jóvenes de diferentes estratos sociales. El actor fue nominado a tres Globos de Oro, uno de ellos por su papel en esta película.
Pero fue la película Ghost, en donde compartió las cámaras con Demi Moore, cuando se consolidó en 1990, como uno de los astros favoritos de la pantalla grande.
En 1991 se convirtió en un chico malo con la cinta Point Break, en la que hizo de líder de una banda de surfistas asaltabancos, pero su carrera decayó hacia finales de la década de 1990, cuando también buscó ayuda por abuso de alcohol.
Swayze nació el 18 de agosto de 1952 en Houston, hijo de Jesse Swayze y la coreógrafa Patsy Swayze. Se caso en 1975 con Lisa Niemi, una bailarina que tomó clases con su madre.