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El nuevo mapa económico global


Las economías avanzadas –Estados Unidos, Europa y Japón- son ahora economías anémicas y los países emergentes constituyen economías dinámicas, dijo el director de CERES.

Asia emerge hoy como la nueva potencia económica mundial en detrimento de economías anémicas como Estados Unidos, Europa y Japón, que corren el riesgo de caer en recesión, según un reconocido centro de análisis con sede en Uruguay.

En el nuevo mapa económico global, el mundo occidental avanzado y Japón se están debilitando frente a los países emergentes, encabezados por China, explicó Ernesto Talvi, director del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES), en una disertación este miércoles 17 de agosto en Montevideo.

“Estados Unidos, Europa y Japón, que más o menos se llevan el 50% de la producción mundial, (…) están con recuperaciones muy frágiles, riesgo de caídas recesivas y un estado de anemia económica”, dijo Talvi. “La actividad económica en estas economías está operando muy por debajo de sus niveles potenciales de producción”, aseguró.

Con tasas de desempleo muy por arriba de los patrones habituales, niveles de consumo, inversión e importación “sumamente deprimidos” y una tendencia a la desvalorización de sus monedas, estos mercados son poco dinámicos y atractivos, dijo el analista económico ante decenas de empresarios uruguayos invitados al evento.

Asimismo, las economías fuertemente vinculadas a los países industrializados –como los países de Europa del Este y las ex repúblicas soviéticas- registran tendencias similares y aunque se recuperan todavía están en un estado de “cierta anemia”.

Del otro lado del mapa, las economías emergentes, encabezadas por China, están en un estado de “ebullición y exuberancia”. “Contrario a lo que pasa en los países industrializados, la actividad económica china está muy por encima de los patrones normales que se veían previo a la crisis (2006)”, dijo Talvi.

Estas “economías dinámicas”, integradas principalmente por China y demás países asiáticos –India, Indonesia, Filipinas, Vietnam, Malasia- registran niveles altos de importaciones, una demanda interna pujante, presiones inflacionarias, apreciaciones monetarias y niveles bajos de desempleo.

América Latina se ha visto favorecida por este contexto, ya que las economías dinámicas demandan, entre otras cosas, las materias primas que los países sudamericanos producen y exportan. Pero también hay otro factor que ha contribuido al fortalecimiento del continente: el exceso de ahorro global.

Según explicó Talvi, los recursos financieros y de capital a disposición en la economía global aumentaron porque en los países avanzados, los consumidores endeudados y las empresas se niegan a gastar y a invertir. Esto se suma al hecho de que los países emergentes –que viven un momento de “exuberancia”- tradicionalmente han sido muy ahorrativos.

Como contrapartida, la afluencia de capitales extranjeros hacia América Latina sido “inmensa”, aseguró el experto económico. “Hoy están entrando $326.000 millones de dólares a América Latina cuando antes de la crisis entraban $100.000 millones de dólares en 2006”.

Pese a la bonanza económica, la región podría verse afectada si se producen fuertes turbulencias externas, principalmente en Europa, donde la situación es bastante más complicada que en Estados Unidos, según las estimaciones de CERES.

Proyecciones para Estados Unidos

En su disertación, Ernesto Talvi hizo un breve resumen del encarnizado debate que enfrentó al Congreso estadounidense para elevar el tope de la deuda y explicó que el riesgo de caer en default fue principalmente por una cuestión política, no económica.

“La administración de (Barack) Obama estaba de acuerdo en que había que hacer un ajuste fiscal, la diferencia radicaba en que quería balancear el ajuste entre una baja del gasto con un aumento de los impuestos”, a lo que los republicanos se negaban.

Y a la hora de tomar la decisión de elevar el tope de la deuda, “un problema de polarización política puso a Estados Unidos al borde de un default absolutamente innecesario y puso al mundo en vilo por un tema estrictamente político que no tenía que ver con la capacidad de pago de Estados Unidos”.

¿Cómo sigue esta película? Estados Unidos deberá aplicar una serie de “soluciones mixtas” que incluyan un ajuste fiscal, un aumento de impuestos tradicionales, una reducción del gasto y un aumento del impuesto inflacionario, que podría ser del 4%.

El riesgo de un default, no obstante, es casi nulo. “No tendría que declarar un default técnico y económico porque tiene un arsenal de medidas (…). Es una imposibilidad, antes de hacerlo va a recurrir al impuesto inflacionario”. A los hechos se remite: según Talvi, pese a que la calificadora de riesgo Standard & Poor’s bajó la calificación de la deuda estadounidense, los inversores “corrieron” a comprar dólares y bonos americanos.

Serie especial de la Voz de América

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