Los mismos 13 oficiales del jurado que encontraron culpable a Hasan de haber matado a 13 personas y herido a otras 31, deliberarán para considerar la pena que le corresponde.
Si el jurado alcanza una decisión unánime, Hasan podría encarar la pena de muerte por inyección letal, convirtiéndose así en el primer soldado estadounidense en ser ejecutado por una corte militar desde 1961.
La pena de muerte desencadenaría un largo proceso que requiere la aprobación del comandante general de Fort Hood, y posteriormente, del presidente de Estados Unidos, para poder llevar a cabo la ejecución.
El mayor, un musulmán que declaró haberse “cambiado de bando” en la que a su juicio es una guerra librada por Estados Unidos contra el Islám, asumió su propia defensa en la corte donde no presentó ningún testigo y él mismo renunció a testificar a su favor.
Durante una audiencia el miércoles para instruir a los jurados, el mayor dijo al juez que él había tenido una justificada “provocación” para disparar contra los soldados porque estos iban rumbo al extranjero a combatir a insurgentes musulmanes.