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Suicidio de jubilado griego desata protestas


Dolientes colocan flores en una capilla improvisada frente al Parlamento griego, donde un jubilado se suicidó por su precaria situación económica
Dolientes colocan flores en una capilla improvisada frente al Parlamento griego, donde un jubilado se suicidó por su precaria situación económica

El hombre se puso una pistola en la cabeza y apretó el gatillo después de gritar: "Tengo deudas, no puedo soportar más esto".

Un jubilado griego sin dinero se suicidó el miércoles de un disparo en las afueras del Parlamento en Atenas, diciendo que se negaba a mendigar comida de la basura, tocando una fibra sensible a los habitantes de un país que están cargando con el peso de la crisis económica.

El portavoz del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gerry Rice, dijo este jueves 5 de abril de 2012 que la institución se siente "profundamente triste" por el hecho que podría tener relación con plan de reestructuración de su deuda, de reformas y recortes, que ha sido impuesto por el FMI y las autoridades europeas como condición para desbloquear los fondos de rescate que intentan evitar la quiebra de este país.

El suicidio público del farmacéutico jubilado Dimitris Christoulas rápidamente desencadenó un torrente de apoyo, en un país donde uno de cada cinco personas no tiene trabajo, y en el que un sentimiento de humillación nacional ha acompañado las sucesivas rondas de recortes de salarios y pensiones.

La tragedia hizo recordar la inmolación hace más de un año del joven tunecino Mohamed Bouazizi, un simple vendedor ambulante de frutas y verduras, que se roció de gasolina y se prendió fuego para denunciar la humillación a la que le sometía el régimen que se había incautado de su único medio de subsistencia.

Aquel acto de rabia e impotencia prendió como la pólvora y dio origen a lo que más tarde se conoció como “La primavera árabe”, que eventualmente cargó a los regímenes en Túnez, Egipto, Libia y Yemen, afectando además a Argelia, Siria, Bahréin y Marruecos.

Otros países de la euro zona, como Portugal, España, Italia y hasta Francia enfrentan dificultades económicas medianamente similares a las de Grecia, por las medidas de austeridad en sus presupuestos nacionales.

Apenas unas horas después de la muerte de Christoulas, en la céntrica plaza de Syntagma, donde tuvo lugar, se creó una capilla improvisada con velas, flores y notas escritas a mano en protesta por la crisis. Decenas de curiosos se reunieron para presentar sus respetos.

Una nota clavada en un árbol decía "Ya es suficiente", mientras que en otra el autor se preguntaba "¿Quién será la próxima víctima?".

Unos pocos cientos de manifestantes, de los que protagonizaron protestas masivas en 2011 por su oposición a las medidas de austeridad impuestas por los prestamistas extranjeros a cambio de fondos de rescate, se congregaron en Syntagma por la tarde-noche. Ya por la noche, la multitud, se congregó en torno al lugar del suicidio, coreando "Esto no es un suicidio, es un asesinato cometido por el Estado".

Hubo algunos momentos de tensión cerca del Parlamento cuando la policía disparó gases lacrimógenos a un grupo de una docena de personas que les tiró cócteles molotov.

Testigos dijeron que el hombre se puso una pistola en la cabeza y apretó el gatillo después de gritar: "Tengo deudas, no puedo soportar más esto".

Otro transeúnte dijo a la televisión griega que el hombre dijo: "No quiero dejarle mis deudas a mis hijos".

En una nota de suicidio encontrada en el bolsillo de su chaqueta, el hombre culpó a los políticos y los problemas financieros de la decisión de quitarse la vida, dijo la policía.

El Gobierno "aniquiló cualquier esperanza para mi supervivencia y no pude conseguir ninguna justicia. No puedo encontrar ninguna otra forma de lucha, salvo un final digno antes de tener que empezar a mendigar comida en la basura", dice la nota.

Grecia, que encara elecciones el próximo mes, se encuentra en su peor crisis económica desde el final de la Segunda Guerra Mundial, ante las medidas de austeridad impuestas para sacar al país de su caótico estado financiero, y va a cumplir ya su quinto año de recesión.

Según datos oficiales, los suicidios saltaron un 18 por ciento en 2010 respecto al año anterior.

El presidente del sindicato farmacéutico, Costas Lourantos, recordó haberse reunido con la víctima hace varios años, y que le llamó la atención su postura digna.
"Cuando gente digna como él es llevada a esta situación, alguien debe responder por ello", afirmó. "Hay un instigador moral de este crimen, que es el Gobierno que ha llevado a la gente a esta desesperación".
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