No es la primera vez que lo hace. El presidente ha adoptado como cabala la celebración de un partido de baloncesto antes de una votación crucial, después de saltarse un partido en una primaria de 2008 en Nuevo Hampshire, en la que perdió frente a su entonces rival para la candidatura demócrata Hillary Clinton.
Pero además el presidente grabó entrevistas con algunas emisoras y visitó un centro de campaña cercano a su casa, desde donde también hizo algunas llamadas telefónicas para agradecer el trabajo de voluntarios en algunos de los estados que serán clave esta noche.
Romney en cambio fue todo trabajo y visitó Ohio y Pensilvania, dos estados que le serán difíciles ganar y que le son sumamente importantes, aparte de que dijo que no podría imaginarse haber pasado el día "sentado" y que las elecciones se definan finalmente "por unos pocos cientos de votos".