Según los patólogos, el osito no tenía señales de trauma externo, pero sus pulmones se habían llenado de líquido y tenía el hígado dañado, lo cual es consistente con el poco desarrollo de los pulmones.
La tasa de mortalidad de los pandas durante el primer año de vida en cautividad es de 26% para los machos y de 20% para las hembras, pero los números probablemente subestiman las tasas de mortalidad inmediatamente después del nacimiento.
Las autoridades del zoológico informaron en un comunicado que los resultados de la necropsia serán compartidos con sus colegas en China, el país de donde provienen los pandas, que han dado a préstamo los especímenes que se exhiben en Washington.
El comunicado también reporta que todavía no se ha decidido el camino a seguir con los padres de la criatura muerta, Mei y Tian, pero añade que Mei, la hembra, ha regresado a sus actividades normales, ha recuperado el apetito por su dieta de bambú y sus hormonas han regresado a los niveles normales de antes de su embarazo.