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Escuelas adoptan embajadas


Estudiantes de la escuela Deal en Washington durante una actividad organizada por la embajada de Indonesia.
Estudiantes de la escuela Deal en Washington durante una actividad organizada por la embajada de Indonesia.

A los estudiantes en las escuelas públicas de Washington se les ofrece una mirada profunda y detallada de otros países y culturas.

Los representantes de las embajadas en Washington trabajan regularmente con los legisladores en el capitolio y los funcionarios estadounidenses del Departamento de Estado. Sin embargo, cuatro docenas de ellos también están buscando ampliar sus esfuerzos diplomáticos en las escuelas de la ciudad.

Varios funcionarios diplomáticos visitan cientos de alumnos de quinto y sexto grado en las aulas de la capital, como parte del Programa Adopte una embajada.

Conocerse

En un salón de clase en la escuela elemental de Aiton, el embajador de Arabia Saudita presenta un desfile de modas. Tarik Allagany explica las diferentes clases de bufandas y pañoletas que se utilizan con los vestidos tradicionales de su país.

“Utilizamos las repeticiones”, dice Allagany, “se añade cualquier cosa que vea en el desierto, como los colores y las flores”.

Los niños de la clase de quinto grado hacen parte de un programa que se llama Adopte una embajada, con el cual se relaciona a las embajadas con un salón de clases en una escuela de la ciudad de Washington.

Cada año el programa ofrece a miles de niños la oportunidad única de conocer a fondo sobre un país y su cultura.

Después del desfile de modas, los estudiantes de Aiton prueban dulces tradicionales y preguntan a Allagany sobre otros aspectos de la vida en Arabia Saudita.

“¿Quién fue el primer musulmán en el mundo?”, pregunta una estudiante.

“La respuesta es el profeta Mohammed”, contesta Allagany.

Allagany quiere que los estudiantes aprendan que la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudita no es exclusivamente basada en petróleo.

“Tenemos conexiones culturales, educativas, de servicios de salud e incluso sociales, y hasta ahora ni siquiera he mencionado las alianzas políticas entre los dos países”, continúa el funcionario.

Experiencias globales

Kate McNamee, coordinadora del programa en las escuelas públicas de Washington, dice que las experiencias difieren tanto como los países mismos que han participado.

Un grupo de estudiantes cocinó comida francesa. Los funcionarios de la embajada mexicana hicieron piñatas con la clase que adoptó su embajada. Otros estudiantes tuvieron una videoconferencia con estudiantes en Luxemburgo. Una escuela inició clases de judo con la embajada de Japón, que además donó los uniformes.

“Enseñar de esta forma es desarrollar un currículo que es creativo y dinámico”, añade McNamee, “muy apropiado para una ciudad con gente de tantos lugares del mundo”.

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