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En el estreno de Harry Potter y el Misterio del Príncipe


Fans vestidos como personajes de la películaen el cine Regal Majestic 20 en Silver Springs, Maryland.
Fans vestidos como personajes de la películaen el cine Regal Majestic 20 en Silver Springs, Maryland.

Como en todo el país, miles acudieron al estreno en el cine Regal Majestic 20 de Silver Springs.

“Una película más de las muchas de Harry Potter”, dicen unos. “El comienzo del final”, explican algunos fans. “Una película de transición hacia el último libro”, comentan otros.

Lo que está claro es que el que acude a ver Harry Potter y el Misterio del Príncipe (The Half-Blood Prince en inglés) va porque quiere seguir la historia de las anteriores. Ya sea porque se ha leído los libros o sólo haya visto las películas.

Y de hecho estoy seguro de que en la noche inaugural del estreno internacional nadie en las 15 salas proyectando simultáneamente la nueva entrega en el cine Regal Majestic 20 de Silver Springs, Marlyand, acudió sin ser fan de la saga.

Mi entrada indicaba que la película empezaría a medianoche, aunque conociendo cómo se pone la situación de complicada en este tipo de estrenos fui al cine 45 minutos antes.

No fue el tiempo suficiente. Pero tampoco lo fue para la gran mayoría de la multitud que esperaba con impaciencia para poder comprarse una bolsa de palomitas y un refresco. En las filas varios grupos de jóvenes comentaban con excitación lo que esperaban de la sexta entrega, padres e hijos hablaban alegremente y alguno que otro se paseaba vestido con las prendas de su casa favorita de la película ante los aplausos de aprobación del público.

El público hacía fila para comprar palomitas y refrescos incluso 10 minutos más tarde de la hora a la que la película debía comenzar.
El público hacía fila para comprar palomitas y refrescos incluso 10 minutos más tarde de la hora a la que la película debía comenzar.

¿Pero por qué acudir al estreno? ¿Para qué aguantar tanta espera si se puede ir a ver la película dos días más tarde? La respuesta de cada uno será distinta. La mía: no hay nada mejor que acudir al cine y reírte o sorprenderte al unísono con gente que no conoces pero que comparte la misma pasión por la película que tú.

Como ya comenté, poca gente pudo entrar a la sala de cine a tiempo para medianoche. Pero por suerte para mí y muchos más coordinaron el estreno en las 15 salas para que diera comienzo a las 12:25.

Durante la película más de uno se llevó un buen susto, las risas llenaban la sala en los mejores momentos (y esta película tiene varios de esos momentos) y se hacía silencio absoluto cuando algo importante ocurría.

O no del todo. En la sala en la que me encontraba alguien de la última fila se durmió en uno de los segmentos más pausados, con unos ronquidos que parecían dragones salidos de la película.

Pero ese inconveniente aparte, acudir al estreno de la película resultó bastante gratificante.

La película gustó a su público, aunque algunos salieron del cine protestando porque no se había añadido esto o lo otro del libro. En una adaptación de una de las series de libros más populares de la década, hacer la película a gusto de todos, es imposible.

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