Según el sumario de la causa judicial abierta contra la compañía Liberty Reserve, que operaba por Internet, el negocio tenía más de un millón de usuarios, entre ellos al menos 220 mil estadounidenses, y prácticamente todos los clientes estaban involucrados en actividades delictivas.
El dinero digital fue ganando popularidad durante la última década promovido por algunos inversionistas como la moneda del futuro, y las transacciones de lavado de la empresa estaban ligadas a delitos que van desde pornografía infantil hasta la producción de software utilizado por piratas informáticos para robar información personal y a instituciones financieras.
La acusación indica que “Liberty Reserve era uno de los principales medios utilizados por delincuentes cibernéticos de todo el mundo para distribuir, guardar y lavar ingresos provenientes de actividades ilegales”.
Autoridades en España, Costa Rica y Nueva York arrestaron a cinco personas el viernes pasado, entre ellas el fundador de la compañía., Arthur Budovsky, y embargaron las cuentas y los sitios de Internet asociados con la firma.
Budovsky, de 39 años y oriundo de Ucrania, era vigilado por las autoridades estadounidenses desde que en 2005 fue investigado por el mismo delito y en 2007 condenado en Nueva York a cinco años de libertad condicional, tras declarase culpable de operar un negocio similar a Liberty Reserve.
El ministro de Seguridad de Costa Rica, Mario Zamora, dijo que el gobierno de su país buscará que la Asamblea Legislativa considere a la mayor brevedad un proyecto de ley que permitirá la extradición de sus nacionales relacionados con el crimen organizado. Budovsky, requerido por la justicia de EE.UU. adquirió esa nacionalidad al casarse con una costarricense a la que presumiblemente pagó.
Liberty Reserve estuvo operando ilegalmente desde Costa Rica a partir de 2006 con un servidor de computadoras en Suiza, que a pedido de EE.UU. fue embargado por las autoridades de ese país.
La causa judicial revela que la empresa operaba un sistema de pagos que permitía a sus clientes abrir cuentas bajo sobrenombres tan evidentes como los de “Hackers rusos” o “Cuenta de Hackers”.