La recuperación económica en Estados Unidos no es todo lo fuerte que se quisiera pero “es positiva, se está moviendo en la dirección correcta, está ganando impulso”, según dijo Richard Fisher, presidente del Banco de la Reserva Federal de Dallas, en Texas.
Sin embargo, los aires que soplan en Europa no son tan optimistas y no son pocas las señales de que los 17 países que integran la denominada zona euro se hallarían ya en recesión, cuando muchos de ellos han tenido que adoptar medidas de austeridad para frenar la crisis de la deuda.
Mientras el ritmo de crecimiento de la actividad manufacturera de EE.UU. repuntó el mes pasado, en la zona euro por el contrario se contrajo por octavo mes consecutivo en marzo, con desplomes incluso en grandes economías como las de Alemania y Francia.
El índice de gastos de los consumidores estadounidenses subió en febrero a su mayor ritmo en siete meses, a pesar del alza en el precio de la gasolina. Pero en Europa las expectativas no son nada alentadoras.
Después de que los mercados bursátiles en Asia registraron ganancias este lunes, los europeos se vieron negativamente afectados por la noticia de que la tasa de desempleo de la eurozona subió a 10,8 por ciento en febrero, la cifra más elevada desde que en 1999 el euro entró en vigencia.
En contraste con EE.UU, donde el desempleo disminuyó levemente en los últimos meses, casi la cuarta parte de los españoles están sin trabajo y en otros seis países de la Unión Europea el paro alcanzó niveles alarmantes.
En Italia el desempleo implantó de nuevo un récord al subir en febrero dos décimas hasta 9,3 por ciento, en tanto que según las cifras proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadística el país se halla en recesión desde fines del año pasado.
Tres países en los que la Eurozona y el Fondo Monetario Internacional han tenido que intervenir para rescatarlos de la bancarrota, Grecia, Portugal e Irlanda las respectivas tasas de paro son del 21 por ciento 15 por ciento y 14,7 por ciento.
Sin embargo, los aires que soplan en Europa no son tan optimistas y no son pocas las señales de que los 17 países que integran la denominada zona euro se hallarían ya en recesión, cuando muchos de ellos han tenido que adoptar medidas de austeridad para frenar la crisis de la deuda.
Mientras el ritmo de crecimiento de la actividad manufacturera de EE.UU. repuntó el mes pasado, en la zona euro por el contrario se contrajo por octavo mes consecutivo en marzo, con desplomes incluso en grandes economías como las de Alemania y Francia.
El índice de gastos de los consumidores estadounidenses subió en febrero a su mayor ritmo en siete meses, a pesar del alza en el precio de la gasolina. Pero en Europa las expectativas no son nada alentadoras.
Después de que los mercados bursátiles en Asia registraron ganancias este lunes, los europeos se vieron negativamente afectados por la noticia de que la tasa de desempleo de la eurozona subió a 10,8 por ciento en febrero, la cifra más elevada desde que en 1999 el euro entró en vigencia.
En contraste con EE.UU, donde el desempleo disminuyó levemente en los últimos meses, casi la cuarta parte de los españoles están sin trabajo y en otros seis países de la Unión Europea el paro alcanzó niveles alarmantes.
En Italia el desempleo implantó de nuevo un récord al subir en febrero dos décimas hasta 9,3 por ciento, en tanto que según las cifras proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadística el país se halla en recesión desde fines del año pasado.
Tres países en los que la Eurozona y el Fondo Monetario Internacional han tenido que intervenir para rescatarlos de la bancarrota, Grecia, Portugal e Irlanda las respectivas tasas de paro son del 21 por ciento 15 por ciento y 14,7 por ciento.
