La Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de EE.UU. anunció la semana pasada haber impuesto de multa al banco ING $619 millones de dólares por sus operaciones con Cuba, Irán, con el antiguo régimen libia y con otros países de gobiernos considerados hostiles a Washington.
Un comunicado difundido por la cancillería cubana dijo que “"Estados Unidos sancionó unilateralmente al banco ING, por tramitar, de conjunto con sus subsidiarias en Francia, Bélgica, Holanda y Curazao, transacciones financieras y comerciales de entidades cubanas”, y calificó nuevamente de “criminal” el embargo aplicado a Cuba.
La multa, la más alta impuesta hasta ahora por EE.UU. a un banco, es a juicio de las autoridades de Cuba una “burla” a los gobiernos que cada año piden en Naciones Unidas el fin de embargo económico a la isla.
La cancillería cubana calificó además de "amenazante e irrespetuosa" la declaración hecha por el Tesoro en Washington al dar a conocer que la multa "debería servir como una clara advertencia a cualquiera que considere aprovecharse de evadir las sanciones de Estados Unidos".
En esa ocasión, la presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de EE.UU., Ileana Ros-Lehtinen, emitió un comunicado en el que subrayó que la multa “envía un claro mensaje de que las compañías que burlan leyes estadounidenses y realizan transacciones con naciones sancionadas serán descubiertas y severamente castigadas”.