Al sargento Robert Bales, de 39 años, se le acusa de asesinato premeditado y de otros cargos durante una matanza cometida tras abandonar de madrugada su base militar en Kandahar. Luego de la masacre, el soldado se entregó a sus superiores.
Según el abogado del militar, John Henry Browne, “nada justifica realmente matar a mujeres y niños cuando no hay un combate (…) pero debe haber explicaciones si es cierto”, dijo. El letrado también indicó que su cliente sufre de trastornos por estrés postraumático.
El gobierno afgano ha hecho saber que desea se castigue con mano dura al acusado, pero la defensa aspira a que sirva de atenuante el hecho de que el sargento es un veterano que cumplía su cuarta movilización en zona de guerra.
La esposa del militar, Karilyn, ha dicho que las acusaciones no se corresponden con “el carácter del hombre que ella conoce y admira”.
Aún no ha sido fijada fecha para la corte marcial que lo juzgará, y que tendrá lugar en la base militar Lewis-McChord, al sur de Seattle, en el estado de Washington.