Los documentos divulgados se refieren a un momento en 2009 en que los espías de Estados Unidos se excedieron en la recolección de información telefónica dentro del país y escondieron información a una corte secreta de espionaje sobre sus actividades.
La información recolectada incluía números domésticos de teléfono, patrones de llamadas y la recolección de los nombres de usuario de Internet, direcciones IP y otros datos de ciudadanos estadounidenses.
Los documentos fueron divulgados en respuesta a una demanda introducida por la Fundación Electronic Frontier.
La administración Obama ha confrontado creciente presión para que revele más detalles sobre los programas de vigilancia doméstica del gobierno.