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EE.UU.: el peso del voto hispano


Newt Gingrich y Mitt Romney saben que sin respaldo hispano es imposible triunfar en Florida.
Newt Gingrich y Mitt Romney saben que sin respaldo hispano es imposible triunfar en Florida.

Los aspirantes a la nominación presidencial republicana se disputan el apoyo de los electores latinos, y el presidente Barack Obama también.

En las pasadas elecciones presidenciales de 2008, los votantes latinos jugaron un papel protagónico en el triunfo demócrata que llevó al presidente Barack Obama a la Casa Blanca. Los aspirantes a la nominación presidencial republicana lo tienen muy en cuenta y tratan de que la historia no se repita en los comicios de noviembre próximo.

La batalla de los precandidatos republicanos por obtener la nominación presidencial de su partido no estuvo muy centrada hasta ahora en la comunidad hispana porque en los primeros estados donde se libró la contienda electoral los latinos no representan una parte considerable de la población: Iowa (5 por ciento); New Hampshire (2,8 por ciento), y Carolina del Sur (5 por ciento).

Pero las próximas elecciones primarias son el martes 31 de enero en Florida, uno de los tres estados donde según los últimas datos de la Oficina del Censo reside la mayor parte de los hispanos del país (los otros son California y Texas), y donde el voto latino tiene un gran peso específico, el 13,1 por ciento del total. No por casualidad la Convención Nacional del Partido Republicano se efectuará en agosto en Tampa, Florida.

A diferencia de la mayoría del resto de los estados de la nación, en los que los delegados a la Convención se dividen proporcionalmente de acuerdo con el apoyo obtenido por cada aspirante en la votación, en Florida el ganador se lleva todos los delegados del estado, en total 50, una suma nada despreciable entre los 1.144 que se necesita para ganar la nominación presidencial.

De ahí que en los últimos días el tema de inmigración –de vital relevancia para los hispanos—haya figurado en primer plano en las declaraciones hechas y en los debates sostenidos por los dos principales aspirantes republicanos a la nominación presidencial, Mitt Romney y Newt Gingrich.

En una conferencia organizada en Miami por la Red de Liderazgo Hispano, un grupo de acción política de centro-derecha, el senador Marco Rubio admitió que la situación de los inmigrantes en EEUU es “insostenible e intolerable”, y demandó un mayor diálogo en todo el país en busca de un sistema migratorio “moderno” , a tono con el siglo que vivimos.

“El sistema de inmigración que tenemos está roto, no funciona, es insostenible, intolerable, inexplicable y muy duro”, dijo Rubio, considerado una joven estrella en ascenso y uno de los políticos hispanos que mayor atracción despierta entres su correligionarios, y que con frecuencia es mencionado como un potencial y sólido candidato republicano a la vicepresidencia.

Romney acusa con insistencia a Gingrich de haberse referido en un discurso al español como un “idioma del gueto”, y el ex presidente de la Cámara de Representantes se ha defendido afirmando que sus palabras fueron sacadas de contexto y que lo que meramente quiso decir es que para poder alcanzar la prosperidad en EE.UU. los inmigrantes deben aprender inglés.

Por su parte, el ex gobernador de Massachusetts ha sido fuertemente criticado por no apoyar el Dream Act, una iniciativa que permitiría naturalizar a miles de hijos de inmigrantes ilegales que residen y estudian en EE.UU., y también ridiculizado por su propuesta de buscar que los 11 millones de inmigrantes ilegales decidan “autodeportarse” regresando voluntariamente a sus países de origen.

La puja por lograr el apoyo hispano se ha acrecentado de cara a las primarias en Florida después de que una encuesta hecha por la Universidad de Quinnipiac confirió a Romney -- sólo cuatro días antes de la votación-- una ventaja de nueve puntos sobre Gingrich (38-29 por ciento), luego de haber estado prácticamente empatados, aunque el 32 por ciento de los entrevistados dijeron que eventualmente podría cambiar de opinión.

La forma en que el voto hispano inclinará la balanza hacia uno u otro candidato también tiene mucho que ver con la economía, un tema que será preponderante en las próximas elecciones. Un reciente sondeo hecho por el Pew Hispanic Center puso de manifiesto que el 54 por ciento de los latinos cree que la crisis económica los ha afectado a ellos más que a ninguna otra comunidad en EE.UU.

Sin embargo, no son sólo los republicanos quienes tratan de ganarse la simpatía de electorado hispano. También para Obama el voto latino cuenta en sus cálculos con vistas a obtener la reelección , y por eso acaba de dar una gira esta semana promoviendo sus políticas económicas en la que incluyó tres estados –Nevada, Arizona y Colorado—en los que el 20 por ciento o más de su población es hispana.

Históricamente, los latinos han votado más por los demócratas que por los republicanos, pero en las venideras elecciones el Presidente necesita mantener el apoyo que le dio esa comunidad en el 2008. Tanto es así, que durante su gira dio entrevistas a las dos cadenas de televisión hispana de EE.UU, a Univisión en su visita Arizona, y a filiales de Telemundo en Las Vegas (Nevada), y Denver (Colorado).

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